Decir Nuevo León es resumir en dos palabras más de 400 años de esfuerzos, de lucha constante contra las adversidades, de generaciones enteras templando el carácter que nos identifica como personas entronas, amables y solidarias. Decir Nuevo León es abarcar la grandeza de un estado que ha sabido aprovechar los recursos con los que cuenta a golpe de trabajo y dedicación.
Somos herederos de una larga tradición de emprendimiento y lucha de sol a sol. No en vano nos ganamos el mote de "La Sultana del Norte", que gustosos presumimos y es nuestro sello distintivo en todo el país y más allá de sus fronteras. Se nos inflama el corazón cuando escuchamos los acordes del Corrido de Monterrey, y cantamos con enjundia: “Y es por eso, que soy norteño, de esta tierra de ensueño que se llama Nuevo León...”.
De Mier y Noriega a Colombia, a lo largo y ancho de los 64,924 km² de superficie que lo conforman, nuestro estado está poblado por gente comprometida con su presente, y que desea un mejor futuro para los suyos. Más de cuatro millones de nuevoleoneses, sin importar las condiciones del clima, lo complicado del panorama, y el azote que significan la delincuencia e inseguridad, buscan día con día transformar su entorno y mantener en alto el nombre de la tierra que los vio nacer o recibió con brazos abiertos.
Está en cada uno de nosotros preservar la grandeza de un Nuevo León pujante, triunfador, digno. Y juntos, trabajando con honestidad y transparencia, lo vamos a conseguir.