Alfaro fulmina el bipartidismo en la alcaldía de Guadalajara

Autor: 
Pablo de Llano

El candidato de Movimiento Ciudadano gana en la segunda urbe más importante de México.

Si Jaime Rodríguez El Bronco ha hecho temblar los cimientos del Estado de Nuevo León, el golpe en la mesa en Guadalajara no ha sido menor. Enrique Alfaro, candidato de Movimiento Ciudadano, un partido secundario, ha ganado con claridad la alcaldía de la capital del Estado de Jalisco y segunda ciudad más importante de México, rompiendo el bipartidismo tradicional de PRI y PAN, los únicos que la habían dirigido hasta la irrupción de Alfaro.

Alfaro ha conseguido un resultado aplastante en Guadalajara: un 51% del voto frente al 24% del PRI, que gobernaba la ciudad. Pero el impacto de Movimiento Ciudadano no se ha quedado ahí. Ha sido el partido elegido en seis de los ocho municipios conurbados de la zona metropolitana de Guadalajara. De los 4,5 millones de habitantes que suma este extenso conjunto urbano, incluyendo Guadalajara (un millón y medio), Movimiento Ciudadano tendrá el poder municipal en un área que engloba en torno a cuatro millones de habitantes del total metropolitano.

El área metropolitana de Guadalajara es la segunda (después de México DF) con más peso económico del país, con un PIB de unos 40.000 millones de dólares. También es sede de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la más potente de América Latina. Política, simbólica y económicamente el triunfo de Alfaro, en una ciudad de tuétano conservador, supone un cambio sustancial que resonará a nivel nacional, igual que la conquista de Nuevo León por el Bronco. Para las elecciones presidenciales de 2018, los topetazos de Nuevo León y Guadalajara marcan una tendencia estructural de apoyo a fuerzas renovadoras frentre a los partidos tradicionales.  

En una entrevista con EL PAÍS antes de las elecciones, Alfaro se inscribía claramente en esa corriente de cambio: "La señal que se va a mandar en Jalisco se convertiría en un referente para la oposición en todo el país. Creo que se abre un espacio de hacer política distinta en México", afirmó. Una muestra de su interés por presentarse como un político sin ataduras es que no es miembro de Movimiento Ciudadano, pese a ser su candidato en Guadalajara. "Soy alérgico a la corrupción y a las burocracias partidistas", dijo a este periódico Alfaro, de 42 años, que comenzó su carrera política en el PRI y ha sido diputado en Jalisco con el PRD. En 2012 fue segundo en las elecciones al Estado de Jalisco, que le ganó por cuatro puntos el actual gobernador, Aristóteles Sandoval, del PRI.

Alfaro se ha ganado fama de político honesto y buen gestor. Después de vencer en 2009 con el PRD en las municipales de Tlajomulco de Zúñiga (zona metropolitana de Guadalajara) prometió que pasados dos años se sometería voluntariamente a una consulta pública para que los ciudadanos decidiesen si debía continuar o no. Su trabajo fue aprobado por el 95% de los votantes. Hoy, con una campaña basada en lemas de integridad y depuración política propulsada a través de las redes sociales, Alfaro ha fulminado el statu quo tradicional en Guadalajara.

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