Parece que los coches son los reyes de Guadalajara y del área metropolitana. Hace unos días supimos que el parque vehicular es de 1.2 millones de coches, una cifra que triplica a la que teníamos en 1997, que era de menos de medio millón de autos.
Pero eso no es todo, ¿sabía usted que el promedio de velocidad del automóvil es de 24 kilómetros por hora? Es decir, que una persona en bicicleta, puede, en horas pico, llegar antes a su destino en casi el mismo tiempo de traslado. No hay mejor ejemplo del colapso vial de la ciudad que la nueva avenida Juan Palomar y Arias, para la que el gobierno se gastó miles de pesos en publicitar.
Ahora bien, existen dejos de esperanza en el horizonte. Hace una semana, el Congreso del Estado aprobó la iniciativa de la diputada Verónica Delgadillo para designar al 22 de septiembre como el “Día Estatal sin Automóvil”, una estupenda noticia que servirá para concientizar a la población respecto al problema que conlleva que el automóvil se convierta en la única y en la más importante opción de movilidad.
La jornada de ese día servirá no sólo para que la gente se entere de la gravedad del problema y deje el automóvil en la cochera por un día, sino para reconocer que la falta de sustentabilidad de la ciudad en materia de movilidad sigue siendo el gran tema pendiente de los gobiernos del área metropolitana.
El único municipio que le ha apostado en serio a su solución es Tlajomulco de Zúñiga que hoy cuenta con más de 31.1 kilómetros de ciclopistas y con una Zona 30 en su centro histórico, además de contar con más de 60 por ciento de sus vialidades del centro con banquetas anchas, rampas y carriles exclusivos para las bicicletas.
Pareciera que basta con pensar que el coche es el enemigo a batir, pero creo que el problema real está en la falta de visión de la mayoría de nuestros gobernantes.
