El día de hoy los diputados del PRI, y el PAN con sus homólogos subordinados del Partido Verde y del Panal estarán aprobando el ultimo dictamen de la reforma energética para regresar al Senado las pocas enmiendas que la Cámara revisora le hizo a la de origen y concluir en los próximos días el proceso legislativo más dañino para los mexicanos desde la Constitución de 1917.
Los cambios a 3 artículos Constitucionales y el nuevo paquete de leyes secundarias en materia energética constituyen un amplio catalogo de ultrajes a la nación, a su patrimonio, sus riquezas naturales, la propiedad de la tierra y el cuidado del medio ambiente.
Además de un solo golpe, los legisladores del PRI y PAN convirtieron los pasivos laborales de Pemex y la CFE en deuda pública, con la justificación de que esas empresas cambiarán sus contratos colectivos y regímenes de pensiones. En palabras lisas y llanas esa decisión significará que los mexicanos tendremos un incremento en la deuda pública de 1.6 billones de pesos más, que todos pagaremos, aún a sabiendas que gran parte de esos pasivos, son fruto de la corrupción y el dispendio de los sindicatos de esas empresas y la ineficacia del gobierno.
Esta perjudicial reforma se ha sustentado en una campaña oficial a la par de costosa y mentirosa. Se dice que no se privatizará Pemex ni la CFE, pero se abre, sobre todo a las empresas transnacionales del sector energético, en forma total; la exploración, explotación, trasportación y comercialización de los hidrocarburos, se les ofrecen licencias, contratos de utilidades y producción compartida.
Se afirma que no habrá expropiaciones de terreros a favor de las empresas, pero ese término, se sustituye por el de “ocupación temporal” hasta que se agoten los hidrocarburos, que todo será transparente, sin corrupción y ya se sabe que el senador priísta, Romero Deschamps seguirá controlando y explotando el sindicato y que la Agencia de Protección al Medio Ambiente a crearse, la manejará el Partido Verde.
Conforme pasan los días la gente va cayendo en cuenta de las falacias de la reforma priísta. Ayer Mural dio a conocer una encueta en la que sólo el 34% de la gente ve bien los cambios aprobados y también que el 66% de los ciudadanos cree que es útil que haya una consulta popular sobre la reforma energética en 2015. El tema seguirá.