A finales del pasado mes de junio en la columna Trascendió, de Milenio, se informó de la preocupación del gobierno federal y del PRI nacional por los resultados de encuestas y análisis electorales que presagian problemas para ese partido en los comicios del 2015. Se refería a seis entidades, encabezadas por Jalisco.
El martes Mural dio a conocer el Informe Prospectivo 2014–2015 (del CEN del PRI) en el que se describen los retos y desafíos que le esperan a ese partido el próximo año. En nuestro caso sobresale lo siguiente: 1. Enrique Alfaro está muy bien posicionado en Guadalajara, 2. La relación entre el gobernador y el alcalde tapatío es mala y hay “un escenario poco alentador”, 3. Se debe incidir para que el PAN tenga un buen candidato, y 4. El magistrado Leonel Sandoval es un riesgo para ese instituto por la estructura paralela que maneja.
El documento de marras dedica un amplio apartado en el que describe la forma en la que el PRI quiere usar el presupuesto federal del 2015 para ganar las elecciones. La vía central es usar criterios de “rentabilidad electoral” a partir de atender “las necesidades sensibles de la población” con el gasto público. Recomienda, “terminar unidades médicas en zonas claves, aterrizar programas de combate a la pobreza”. Propone inclusive remover servidores públicos panistas y abrir espacios laborales a los priistas.
Ante la reacción crítica de la opinión pública y de la oposición, el PRI negó la autoría de ese documento, lo que es inverosímil. Esa organización tiene larga data en ese tipo de diagnósticos, el primero lo hizo en 1990, luego de la crítica elección del 1988, El Plan Nacional Electoral, y lo hace siempre un año antes de cada elección general.
En cuanto a Jalisco, la veracidad de los juicios y pronósticos que formula el documento, no deja duda que su origen es del PRI nacional y las áreas de análisis del gobierno federal, no hay en ellos nada que aquí se ignore. Lo que resulta grave es la decisión priísta de recurrir a acciones a todas luces ilegales como el uso del aparato y los recursos públicos, y hasta intentar incidir en designar a un “buen” candidato panista en Guadalajara para impedir que Enrique Alfaro, sea con el apoyo de la gente, su próximo Alcalde. Lo dicho, estamos ante un PRI incorregible, irredento, no tiene lucha.
