De todos es sabido que Tonalá es uno de los municipios con mayores rezagos del Área Metropolitana de Guadalajara. Según datos del Consejo Estatal de Población de 2010, es una de las localidades con mayor porcentaje de población en pobreza y en pobreza extrema con el 32.9% del total de habitantes.
Muchas de sus colonias carecen de agua potable, drenaje y del más elemental equipamiento urbano (más de 4 mil casas tonaltecas tienen piso de tierra y más de mil no tienen drenaje). Miles de ciudadanos carecen de empleo, servicios médicos y seguridad social. Más de 10 mil jóvenes mayores de 15 años son analfabetas y 22 mil 598 mujeres se ven obligadas a ser jefas de familia. Además, padecen de la más cruel y dramática de las pobrezas: la alimentaria.
Una de las colonias con mayor grado de marginación de Tonalá es precisamente Santa Paula, donde esta semana se llevó a cabo el esperpéntico show del hambre patrocinado por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y las autoridades municipales y estatales. Durante el evento, en el que participaron reinas de belleza y altos funcionarios del gobierno del Estado, se dieron desayunos y comidas a un centenar de niños y se entregaron cheques para mejorar las condiciones en los hogares de algunos vecinos. Pero no se hizo, sino hasta que los personajes principales llegaran al evento, una hora después, con el objetivo de salir en la foto junto a los platos de comida.
La pobreza y el hambre son situaciones que deberían de avergonzarnos como sociedad y que deberían de erradicarse con políticas sociales efectivas y no sólo con eventos que tienen el objetivo de lucrar con la marginación. Hacer un show de este tipo en un municipio que cuenta con una deuda de casi 900 millones de pesos, es un acto que demuestra insensibilidad social.
Como insensible también es el proyecto del “Nacimiento Monumental” que costará ocho millones de pesos y se construirá en el Cerro de la Reina, el cual pretende romper el Récord Guinness como el nacimiento más grande del mundo.
Durante varias décadas, Tonalá ha sido víctima de la ineficiencia de las administraciones en turno, las cuales han demostrado desconocer las verdaderas necesidades de sus habitantes. Gobiernos más interesados en el show y en romper records Guinness, que en ofrecer mejores condiciones de vida para la población.