A la memoria de Enrique Chavero Ocampo
La mejor estrategia de desarrollo social es aquella que se promueve desde varios frentes y la que considera aspectos no sólo económicos, sino también sociales y culturales.
Muchas de esas acciones no se ven a simple vista y probablemente no ocupen las portadas de los diarios, pero son tan importantes como cualquier otra. Hace días, la agencia crediticia Fitch elevó la nota a Tlajomulco de “A” a “A+”. Esta información le dirá poco al ciudadano de a pie, aunque en la práctica tiene muchas más repercusiones positivas de lo que la gente piensa.
En palabras llanas, tener buena calificación crediticia significa que el municipio cuenta con finanzas sanas y le considera capaz de manejar responsablemente su deuda, argumentos que le permiten seguir pidiendo créditos para poder hacer más obras, llevar a cabo programas sociales o mejorar su infraestructura.
La buena gestión económica del gobierno convirtió a Tlajomulco en el lugar favorito para los inversionistas. De 2013 al 2014, el incremento de inversión privada fue del 84 por ciento, un porcentaje superior al de cualquier otro municipio del Área Metropolitana de Guadalajara.
A la par, la administración ha llevado a cabo políticas integrales como la de Ciudad Segura, que busca resolver el problema de la inseguridad desde su misma raíz, entendiendo que la pobreza, la marginación, el déficit de espacios públicos, son algunas de sus principales causas. Dentro del mismo programa, el municipio cuenta con un cuerpo especial policiaco (la policía comunitaria) dedicado a la prevención que involucra directamente a los vecinos para resolver sus problemas, y ha puesto en marcha el Corredor Seguro López Mateos (el cual cuenta con el apoyo de comerciantes quienes han colaborado con dinero para mejorar las condiciones de seguridad).
Estas estrategias se han reforzado con una intensa campaña para construir espacios públicos, incrementar las actividades culturales y mejorar las unidades deportivas.
Sin duda, una de las políticas públicas más importantes es “ABC un movimiento por la educación”, un programa pionero que tiene como objetivo convertir a Tlajomulco en el primer municipio del país sin analfabetos. Una misión noble y que, como la nota de Fitch, seguramente no estará en las portadas, pero que es trascendental porque se trata de un acto de justicia social.