Un diario local publicó en su portada de Negocios del jueves al gobernador tomándose una selfie en el aeropuerto, “mientras todos ponían atención al Secretario de Agricultura cuando hablaba sobre el envío del primer cargamento de berries a China”.
La fotografía resulta muy ilustrativa y acorde con la obsesión mediática y la conducta banal que ha demostrado el gobernador, que se gasta 845 mil pesos diarios en propaganda para decir que todo va bien.
En los últimos días, Aristóteles se ha placeado por redacciones de periódicos y estaciones de radio para informar sobre sus principales resultados, a dos años de iniciar su mandato y previo a la presentación de su segundo informe de gobierno.
Haciendo un balance, el resultado es menos optimista de lo que las autoridades pretenden hacer creer a los ciudadanos. Jalisco ocupa el deshonroso segundo lugar en desaparecidos y en delitos federales. La inseguridad, sigue siendo un dolor de cabeza en Palacio de Gobierno. En 2014, se ratificó que Jalisco es un foco rojo para el gobierno federal. Y ni la aparición de la Fuerza Única Regional, ni la llegada de la Gendarmería Nacional, han logrado resolver la situación de inseguridad y violencia en el estado.
Otro de los grandes temas pendientes, la movilidad, sigue sin resolverse. El Gobierno a través de la Secretaría de Movilidad, no ha conseguido mejorar el lamentable servicio de transporte público.
Las rutas certificadas, que ya cobran 7 pesos, los operativos viales contra choferes y dueños de unidades, no han servido para corregir los históricos errores y el déficit que padecemos en un asunto fundamental. La cifra de heridos y muertos en el Área Metropolitana de Guadalajara a causa del transporte público permanecen constantes (50 fallecidos el año anterior). Por si fuera poco, un proyecto que debería de generar ilusión y esperanza como el de la Línea 3 del Tren Ligero, ha ocasionado más dolores de cabeza para vecinos y ha sido cuestionado por la opacidad que rodea a esta obra.
Hablando de opacidad, la transparencia tampoco ha sido el punto fuerte de la administración. La aparición de empresas fantasma, a quienes se adjudicaron contratos millonarios, puede llegar a ensombrecer la selfie de Aristóteles. Y salir mal en una foto, es algo que ni él se lo puede permitir.