Autor:
Hugo Luna
El árbitro electoral de Jalisco en la simulación, es una moneda de chocolate.
La forma en que se llevó a cabo la designación de los nuevos consejeros del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco (IEPC) provoca que la institución encargada de organizar las elecciones del 2015 esté corrompida.
El nuevo árbitro electoral fue electo bajo un procedimiento de reparto de cuotas diseñado desde el Gobierno del Estado de Jalisco y consumado por los diputados de los partidos políticos del PRI, PAN y PRD. Esto traerá como consecuencia que en los próximos comicios electorales estos partidos tradicionales dirijan las voluntades de quien en teoría debiera ser absolutamente imparcial y justo. La posibilidad de competencia en 2015 se verá condicionada a los intereses antidemocráticos de estos partidos políticos. Las campañas electorales nuevamente tendrán cancha libre para entrar en la guerra sucia, la difamación, los gastos excesivos de campaña y, como consecuencia, la polarización de la sociedad por ver que se viola sistemáticamente la ley mientras la autoridad electoral hace caso omiso a su responsabilidad; esto, por deberle su puesto a los dirigentes de esos partidos.
Los jaliscienses perdemos al tener una institución erosionada por la voracidad y falta de decencia de nuestra clase política tradicional. La repartición de cuotas tiene como resultado que los principios rectores que dan confianza al IEPC hayan sido erosionados: donde el Consejero Presidente Tomás Figueroa Padilla le debe su nombramiento al Gobernador del Estado, Aristóteles Sandoval; dos consejeros más, Everardo Vargas y Juan Alcalá se lo deben al PRI; otros tres consejeros, Virginia Gutiérrez, Patricia Vergara y Rubén Hernández le deben su designación al PAN; y uno más, Jorge Alatorre, al PRD.
Así, los ciudadanos perdimos certeza, pues los consejeros no tienen independencia al contar de manera manifiesta con identificación partidista; perdimos objetividad, pues los consejeros supeditarán sus decisiones a los intereses de quienes los favorecieron con el puesto; perdimos la imparcialidad de una elección, pues en las decisiones que deba tomar el IEPC, el PRI tiene 4 votos y el PAN 3 votos; por lo que cualquier asunto que no les favorezca o que necesiten procesar por sus intereses particulares estará condicionado a su voz de mando sobre quienes debieran encarnar la confianza de todos.
Esta repartición se hizo así para compartir el botín de los muchos millones de pesos de presupuesto del IEPC; los cientos de posiciones con salarios exorbitantes, para poder acomodar ahí a sus seguidores y operadores políticos; pero sobre todo, para asegurarse un juicio a modo en la competencia electoral del 2015. Parece que el PRI y el PAN le temen a contender en igualdad de condiciones.
Debemos pensar que el IEPC es una institución que debe de existir para que los ciudadanos tengamos la confianza en las elecciones de nuestros gobernantes. Sin embargo, hoy tenemos un árbitro electoral deslegitimado por la forma en que fue electo; ésta es una manifestación más de cómo Jalisco se rige por la ecuación de la transa y la impunidad. Desde Movimiento Ciudadano intentamos detener este engaño, hicimos a un lado las diferencias con los distintos actores políticos del Estado buscando construir un arbitrante correcto que cumpliera con el espíritu de su función.
Movimiento Ciudadano en Jalisco propuso que las definiciones de nuevos consejeros electorales fueran procesadas eligiendo sólo a los aspirantes mejor calificados por el Comité Evaluador integrado por representantes de instituciones de la sociedad civil. Eso no se cumplió, pues entre los siete consejeros hoy electos sólo uno, Jorge Alberto Alatorre Flores, quedó ubicado entre los mejor calificados en el proceso de evaluación. También se planteó que a toda costa se evitara el reparto de cuotas partidistas, y con esto dar lugar a un verdadero análisis de los perfiles mejor calificados sin contemplar compromisos particulares.
Lamentablemente para Jalisco, en esta ocasión la clase política tradicional nos ha entregado una simulación más, una moneda de chocolate; y con esto, un árbitro electoral que nace muerto de origen.
Hugo Luna Vázquez es coordinador de la Comisión Operativa Estatal Movimiento Ciudadano Jalisco.
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