Mérida, Yuc.
Rebeca Grynspan, titular de la Secretaría General Iberoamericana, dijo que si hubiera equidad en el acceso de la mujer a la tierra y a la posibilidad de producción de alimentos, más de 100 o 150 millones de personas saldrían de la pobreza extrema y el hambre.
Al participar en la sesión vespertina del encuentro Mujeres en la economía del conocimiento y la innovación, que promovió la Secretaría de Relaciones Exteriores, y en el que también intervino el ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore, destacó que el sector femenino no constituye una parte vulnerable de la sociedad, sino vulnerada, lo cual es distinto.
En el Teatro Peón Contreras, la funcionaria de la Conferencia Iberoamericana explicó que si se contabilizara el aporte de la mujer en el trabajo no remunerado, el producto interno bruto de México subiría 22 por ciento.
Ante centenares de activistas de la lucha feminista, consideró que si las mujeres participaran por igual en las juntas directivas de las empresas, éstas aumentarían enormemente su productividad, lo que no ha sido alcanzado por ninguna revolución.
Grynspan manifestó su apoyo a las cuotas de género y destacó que el combate por la equidad no es individual, sino colectivo.
Por su lado, Al Gore reconoció el papel de México en la cumbre sobre cambio climático de París, donde se alcanzaron acuerdos para reducir los contaminantes en el mundo. Aseveró que el Estado mexicano se ha ganado desde hace mucho tiempo una reputación de liderazgo ante las naciones en lo que hace a la protección ambiental.
En videoconferencia, agregó que toneladas de contaminantes atrapan el exceso de calor de la Tierra, lo que aumenta la evaporación del océano y ha derivado en tormentas más poderosas. Recordó el huracán Patricia en las costas del Pacífico mexicano, el cual no provocó una tragedia porque tomó otra ruta, pero en realidad fue uno de los más potentes.
También en videoconferencia, Ziauddin Yousafzai, padre de la activista social Malala Yousafzai, dijo que la clave para cambiar la vida de las personas es la educación. Para empoderar a las mujeres ignoradas, que desperdician su potencial por cuestiones religiosas, de tradiciones o costumbres, es necesario que reciban conocimientos, subrayó.