Autor:
Ricardo Monreal Ávila
Ricardo Monreal Ávila es diputado federal por Movimiento Ciudadano y líder de la bancada en San Lázaro de este partido; es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Zacatecas y doctor en Derecho Constitucional por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Después del tratamiento alópata que aplicó el gobierno de Felipe Calderón en Michoacán durante seis años, basado en supuestos métodos racionales y científicos para combatir a la delincuencia, y que terminaron en una metástasis del cáncer que se pretendía erradicar, hoy el gobierno de Peña Nieto parece seguir un tratamiento alternativo, basado en un principio de la medicina homeopática que aconseja "combatir el mal con su semejante".
El experimento homeopático se está expresando nítidamente por dos vías: por un lado, la promoción y apoyo oficial a los llamados "grupos ciudadanos de autodefensa" (ciudadanos ejerciendo justicia por propia mano contra ciudadanos malhechores y delincuentes) y por el otro, la alianza o tolerancia tácitas con un grupo delincuencial para enfrentar y exterminar a otro grupo ilegal.
Esto último es lo que ha evidenciado la presencia y actuación tolerada dentro de las filas de las autodefensas michoacanas de personajes como "El Abuelo", identificado como un capo del Cártel de Los Valencia y del Cártel de Jalisco Nueva Generación, adversarios de Los Caballeros Templarios.
Con independencia de la forma como se dio el encuentro entre el comisionado federal Alfredo Castillo y Juan José Farías "El Abuelo" (de manera fortuita, en un evento no programado, de manera pública y sin conocimiento de quién era el personaje), es un hecho que en los grupos civiles de autodefensas, además de ciudadanos auténticos y legítimos, actúan también personajes con antecedentes penales.
A mediados de enero, por ejemplo, se difundió el expediente judicial del primer dirigente visible de las autodefensas de Tepalcatepec, el médico Juan Manuel Mireles Valverde, donde se consigna que estuvo preso poco más de tres años por delitos contra la salud, en su modalidad de cultivo y venta de mariguana, en 1988.
El "método homeopático" para enfrentar a la delincuencia fue usado intensivamente por algunos gobiernos del PRI desde los años setenta. En el gobierno de López Portillo, "El Negro" Durazo mantenía un férreo control de la delincuencia en el Distrito Federal gracias a los acuerdos que tenía con los grupos de Tepito y la Lagunilla, que se encargaban de enfrentar a bandas menores o "independientes".
En el gobierno de Miguel de la Madrid, la extinta Dirección Federal de Seguridad solía mantener a raya a los grupos de narcotraficantes de la frontera norte, tolerando a unos y enfrentando a otros.
En el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, el surgimiento del Cártel del Golfo fue producto de la protección oficial que recibió Juan García Abrego desde la PGR, con el fin de combatir a los cárteles de Guadalajara y de Juárez... Y así sucesivamente.
El problema del método homeópata es que es más "efectista" que efectivo, acota los efectos de la enfermedad pero no ataca sus causas, y tiene más de fe y magia, que de ciencia y técnica. Sirve para los resfriados de invierno, pero no para las patologías virales.
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