El salario mínimo en México “es uno de los peores en Latinoamérica” al encontrarse debajo del umbral de pobreza per cápita, existiendo, “el riesgo de una menor cohesión social y mayor violencia de no ajustarse”, afirmó Antonio Pardo, secretario ejecutivo de la Cepal.
Durante su participación en el Foro Internacional Salarios Mínimos, Empleo, Desigualdad y Crecimiento Económico, aclaró que “no es la pobreza la que provoca violencia, es el sentimiento de injusticia y desigualdad reflejándose no sólo en la violencia organizada, de pandillas o el narcotráfico, sino en el tejido social”.
Hoy, precisó, 40% de los trabajadores no logra obtener el mínimo necesario para sostener a sus familias, porque la relación entre el salario mínimo y el valor de la línea de pobreza per cápita, que demuestra lo que se puede comprar, es baja con 0.66%, cuando debe ser superior a 2 puntos.
Mencionó que el salario mínimo es una herramienta para aumentar la igualdad, disminuir la pobreza y revitalizar la economía.
Con él coincidió Andrés Marinakis, de la OIT, quien señaló que es necesario dejar de indexar el salario con otros factores para mejorar las percepciones de los trabajadores.
Hoy, la experiencia en América Latina ha demostrado que los ajustes en la materia han mejorado las percepciones de los trabajadores y el crecimiento económico.
En Alemania se aplicará un salario mínimo estatutario a partir de 2015, afirmó Claudia Weinkopf.