Es un hecho, México se está moviendo, pero no en la dirección correcta. Nuestro país ha sido víctima en el último año de una ola reformista que acentuará la brutal desigualdad social que lo recorre de norte a sur.
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Infinidad de recursos públicos se han gastado en propaganda, que lejos de ser un informe de las acciones del Gobierno Federal, son imagen de un México inexistente. Una falacia materializada en spots de radio y televisión que inundan todo el tiempo a los ciudadanos con mensajes triunfalistas e infundados, y aunque el Poder Ejecutivo lo intente repitiendo las mismas mentiras una y otra vez, estas nunca serán realidad.
El 53 por ciento de los mexicanos viven en pobreza extrema y con gran cinismo el Gobierno Federal gasta cantidades millonarias en anunciar que “combate” el hambre, cuando niños en zonas marginadas viven entre la tierra y sufren todos los días por falta de comida.
México es ahora un país que cada vez tiene más ciudadanos hundidos en la extrema pobreza, mientras los altos funcionarios se pasean en la opulencia, posan para revistas de moda, tienen millonarias pertenencias y gastan desmedidamente en viajes y en convivencias, ese es el nuevo México del que hablan hoy en día.
Enrique Peña Nieto tiene 21 meses en el poder y ayudado por los medios de comunicación como Televisa, se ha encargado de hacer una telenovela de la situación actual, para intentar engañar a todos los mexicanos.
Desde su campaña rumbo a la Presidencia de la República, vendió a su partido como “el nuevo PRI”, pero bastaron sólo unos días para darnos cuenta que son los de siempre, represores y corruptos, sólo que más experimentados, gracias a los años en el poder que les han permitido someter y engañar al pueblo.
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