Bastaron 98 días para aprobar la Reforma Energética, para enterrar el Proyecto de Nación de Lázaro Cárdenas, para olvidar a los miles de mexicanos que con dinero o con lo que podían aportaron para lograr la expropiación en esos años. Sólo 98 días para poner el petróleo de los mexicanos en bandeja de plata a las empresas extranjeras.
La reforma, impulsada por Enrique Peña Nieto y avalada sin debate alguno por una abrumadora mayoría en el Congreso, logró pasar los límites de lo permitido en la Constitución, nunca voltearon atrás a fin de reconocer las bondades que había traído consigo la expropiación petrolera del 18 de marzo de 1938.
Hasta hace poco era impensable que alguien que no perteneciera el Estado se posara sobre los recursos energéticos de México para explotarlos, hoy el Gobierno no sólo lo avala con la ley como bandera, también lo aplaude y profetiza que será el remedio de los males que aquejan al país.
Los problemas que todos los días hieren a México siguen sin solución. Si pudiéramos juntar todas las montañas de “voluntad política” que se utilizaron para aprobar la Reforma Energética para solucionar otros temas pendientes, ¿qué pasaría?.
Si así fuera entonces, después de 5 años, los responsables por la desgracia en la Guardería ABC no continuarían en ascenso en la escala política, estarían pagando por ello.
Si así fuera, la educación en México sería una educación de calidad y dejaríamos de colocarnos en los últimos lugares de la prueba PISA.
Si así fuera, no existiría impunidad en el caso de las muertas de Juárez.
Si así fuera, los verdaderos delincuentes estarían en la cárcel y no ocuparían posiciones políticas donde permiten la corrupción y el despilfarro.
Si así fuera, lo más seguro es que en Michoacán y en muchos otros sitios del país no habría violencia, ni gobernaría el crimen organizado.
Si así fuera probablemente la cifra de pobres dejaría de ser la mitad de los habitantes del país para comenzar a reducirse paulatinamente.
Pero no, nuestros gobernantes carecen de voluntad política. Desafortunadamente la partidocracia se hace de la vista gorda, aprueban reformas que llaman estructurales y mantienen en el olvido a los ciudadanos a quienes se deben.
Hoy lanzamos al aire la pregunta, ¿cuántos días más para resolver los problemas del país?, ¿cuántos?.
