Enrique González Pedrero, ganador de la medalla Benito Juarez 2015

Enrique González Pedrero.

Los grandes hombres no necesitan de grandes palabras para ser elogiados, escribió José Martí. Para hablar de los grandes hombres hay que hacerlo con frase clara y sencilla, como clara y sencilla es la vida de esos hombres.

Muy de vez en cuando, en la vida de las naciones, aparecen figuras que logran desarrollar con maestría, dos o más actividades relevantes. Tal es el caso del maestro Enrique González Pedrero. Investigador, escritor, político, diplomático, es uno de esas contadas excepciones de personajes que escriben sobre la historia pero que también la hacen al andar.

El maestro Enrique González Pedrero nació el 7 de abril de 1930 en Villahermosa Tabasco: Es licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México y se especializó en Sociología, Economía y Ciencias Políticas en la Sorbona de París.

Es catedrático universitario desde 1955 en la UNAM, donde impartió las materias de Historia de las Ideas Políticas y Teoría del Estado y dirigió la Escuela Nacional de Ciencias Políticas de 1965 a 1970, la cual adquirió el rango de Facultad durante su gestión.

En 1976 fundó el Seminario de Historia Política y Social de México en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales de Acatlán, que dirigió hasta 1982.

De entre su obra publicada destacan sus textos sobre Filosofía, Política y Humanismo; La Revolución Cubana; La batalla de Cuba (en colaboración con el maestro Fernando Benítez); El Gran Viraje; Anatomía de un Conflicto; Universidad, Política y Administración; El Estado de la Televisión; La riqueza de la pobreza; La cuerda floja; Las voces de la naturaleza (en colaboración con su esposa Julieta Campos); Una democracia de carne y hueso; y su magna obra: México, país de un solo hombre: El México de Santa Anna.

En 1979, en Riqueza de la pobreza, González Pedrero explora en la historia las raíces de un nuevo modelo de desarrollo, atento a la composición plural y multicultural del país. Un modelo fundado en la organización de la pequeña comunidad es una garantía de sobrevivencia nacional, sostiene allí.

A Enrique González Pedrero, el maestro, el investigador, el humanista, le caracterizan la firmeza de sus convicciones y el amor por México. Su trabajo en el terreno de las ideas  ha ido aparejado de su actuar en el terreno político. Su rasgo distintivo ha sido la congruencia entre el pensar y el actuar. Tuvo desde muy temprana edad la claridad de que “la política como cosa pública es, y debe ser, asunto de todos”

Fue fundador y primer director del Instituto de Capacitación Política en 1972 y Secretario General del PRI al lado de don Jesús Reyes Heroles de 1972 a 1974.

El maestro González Pedrero ha sido en dos ocasiones senador de la república (1970-1976 y 1997-2000) y fue electo Gobernador de Tabasco para el período 1983-1988.

Durante su ejercicio de gobierno apostó por un rediseño de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, que le hiciera partícipe del desarrollo social. De su decidido impulso nacieron en 1985, las divisiones académicas, y dentro de ella, un gran número de carreras. En el año 2003, la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco le entregó el Doctorado Honoris Causa como un reconocimiento a su estatura intelectual y política.

En los cinco años de su administración se modernizó la administración pública y se instrumentaron nuevos esquemas de planeación y participación para el ejercicio del gasto. El gobernador fue un incansable promotor cultural en el Estado, creando la Dirección de Educación Superior e Investigación Científica, el Archivo Histórico y Fotográfico de Tabasco, la Biblioteca Pública del Estado “José María Pino Suárez” y el Instituto de Cultura de Tabasco.

Las soluciones exploradas en “Riqueza de la pobreza” se pondrían en marcha durante su período de gobierno mediante la creación de Centros Integradores  que buscaron brindar servicios básicos a la población atomizada y tuvieron como objetivo el desarrollo y la democratización de la vida municipal.

Entrados los años ochenta, Tabasco era aún “un archipiélago” de pueblos y ciudades, dice el maestro González Pedrero. Su administración apostó en consecuencia, por una intensa obra de construcción de puentes que unieran a las comunidades tabasqueñas, hermanadas por el agua y el calor del trópico. Más de 30 años después a González Pedrero se le recuerda por la intensa obra pública realizada en Tabasco, pero también porque en su vida pública y privada, ha sido siempre un constructor de puentes de diálogo, de voluntades.

Antes de tomar posesión como gobernador de Tabasco, González Pedrero fue director general de Canal 13 en donde procuró generar una alternativa a la televisión comercial existente, Canal 13 después tomaría el nombre de Imevisión para posteriormente privatizarse y convertirse en Televisión Azteca.

Coordinó el Comité de Ciencias Sociales de la Unesco. Dirigió la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuito de 1977 a 1982 y presidió la subcomisión especial de la Comisión Nacional para la Defensa del Español.

Fue asimismo nombrado director del Instituto de Estudios, Políticos, Económicos y Sociales en 1987, además de ser investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM.

En 1988 fue nombrado editor y director general del Fondo de Cultura Económica, en donde ya había trabajado años atrás como editor de “El Trimestre Económico” a su regreso de Europa. Su gran trabajo de editor y promotor cultural logró que durante su dirección se publicaran 277 nuevos títulos, además de que la colección de materias sobre Política y Derecho recibió un decidido impulso.  Durante su ejercicio, el Fondo de Cultura Económica recibió el Premio Príncipe de Asturias por su trayectoria editorial.

Posteriormente fue Embajador de México en España de 1989 a 1991.

Académico, científico social, estudioso de la política y agente transformador de cambio, el maestro Enrique González Pedrero es, hoy por hoy, uno de los mexicanos más universales de nuestro tiempo. Tiene la convicción de que la política debe comprender el estudio de los errores del pasado y que en las decisiones de los actores públicos, debe prevalecer siempre la razón, por sobre todas las cosas.

Movimiento Ciudadano le entrega, por su capacidad de explicar y transformar la realidad social de su entorno, el Premio Nacional Benito Juárez al Mérito Ciudadano.  

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