10 de Septiembre 2015
México Rezagado
El gobierno dice que está moviendo a México, pero no lo está haciendo en la dirección correcta. Las reformas impulsadas en los últimos tres años prometían hacer de nuestro sistema educativo un modelo. En realidad, las escuelas de México sufren hoy más que nunca las consecuencias de un gobierno insensible a las demandas de este sector.
Lo que se vendió como la gran Reforma transformadora para el país, hoy ha dejado claro que fue otra herramienta de simulación impulsada por el gobierno. Los beneficios para el sistema educativo brillan por su ausencia y los alumnos no perciben diferencia alguna en las condiciones en las que estudian.
El gobierno dice que cada vez son más los beneficiados por las becas de educación superior y bachilleratos, pero omite comunicar los datos que la misma SEP publicó en agosto donde se informa que en casi 2,400 planteles escolares de bachillerato hay una alta deserción y que en promedio, de 100 alumnos que empiezan el bachillerato sólo lo concluyen 40.
Una política educativa seria debe basarse en la seguridad de las escuelas. El Tercer Informe de Gobierno habla de mejoras para 20 mil planteles, pero omite mencionar todos los que son inseguros. En Oaxaca, por ejemplo, el 85% de las escuelas tienen salones de lámina, que amenazan a diario la integridad de los estudiantes, sin contar aquellas donde los casos de bullying son muy altos.
La educación de calidad presumida por el presidente, es una simulación: detrás de ella están los recortes al Conacyt, que andan en la dirección contraria a todos aquellos países que han demostrado saber enfrentar la crisis económica invirtiendo más en la investigación y en el conocimiento.
Es claro, el gobierno no impulsa la mejora en la educación, ni está moviendo al país en dirección correcta.
Ha llegado la hora de un cambio de rumbo, que regrese a nuestros hijos la posibilidad de formarse de manera completa y tener todas las herramientas necesarias para estar a la altura de los desafíos del futuro.