11 de marzo del 2018
Dante Delgado estuvo preso 15 meses, así que sabe lo que es enfrentar la furia del sistema y el uso político de la justicia. De modos suaves y manos firmes, el dirigente de Movimiento Ciudadano advierte sobre la guerra sucia contra Ricardo Anaya: "¡No lo vamos a permitir!".
Su candidato en Jalisco, Enrique Alfaro, va en primer lugar de las encuestas. ¿Se le puede derrotar?
- No lo pueden derrotar, porque tiene muy buena organización, es un hombre de resultados, es realmente franco, a la gente le gusta que le hablen directo y ha tenido un gobierno excepcional. Y los buenos gobiernos le agradan al pueblo.
Trasladando eso a nivel federal, ¿cómo cree que pueden derrotar a López Obrador que también va arriba en las encuestas?
- En el caso de Alfaro, su liderazgo lo construye con un empoderamiento propio, es un liderazgo generado, no un liderazgo derivado.
¿Por qué el mismo planteamiento no vale para Jalisco y para la Presidencial?
- No es un doble discurso. En el caso de Enrique Alfaro estoy dando las razones específicas. En el caso de Andrés Manuel, ahora ha tomado la decisión de llevar adelante una revolución moral, donde perdona todo, la indulgencia es para todo el mundo, ya no hay malos en México... Es un actor político quedabien: a todos los sectores a los que va les ofrece lo que quieren escuchar, pero no es congruente.
¿Por qué dejó de apoyarlo si lo acompañó en las otras dos campañas?
- Él cree que solamente con voluntarismo vamos a cambiar el país, nosotros tenemos un proyecto. Él cree que es con personas que deben estar subordinadas acríticamente; para mí debe ser con un proyecto colectivo. El proyecto de Por México al Frente le apuesta a que las cosas sean posibles escuchando las experiencias y los puntos de vista de los distintos sectores productivos, hay académicos, intelectuales, liderazgos sociales...
¿Por qué nunca ha ganado Andrés Manuel?
- Entre otras razones, porque siempre se casa con sus ideas. Ahora está tratando de hacer para ganar lo que antes no quiso hacer, la diferencia es que antes podría haberlo hecho con prudencia y ahora lo hace con promiscuidad política.
¿Por qué usted no ha sido candidato presidencial?
- Pude haberlo sido, pero no se trataba de que fuera candidato presidencial, sino de que ganara un proyecto, para eso tienes que sumar voluntades y esfuerzos.
Pero, todo político tiene ese sueño. ¿Cómo aplaca ese anhelo?
- Mi generación le falló al país, precisamente por eso tenemos que empujar una nueva generación de gente brillante, preparada y capaz, como Ricardo Anaya. Se trata de contribuir a construir un proyecto de renovación y de cambio profundo.
¿Hasta dónde pueden convivir la congruencia y el pragmatismo?
- Lo único que no puedes hacer en el pragmatismo político es estarte contradiciendo todos los días y en todos los temas. Eso no es pragmatismo, es oportunismo.
¿Qué le vio usted a Anaya?
- Lo que tiene: es una persona de una nueva generación, es disruptivo, es un cuadro inteligente, con un alto IQ y además con los arrestos para ser un buen líder del país.
¿Confía en él?
- Sí.
¿No le preocupa que muchos de los que han trabajado con él se quejan de que los traicionó?
- Bueno, hay gente oportunista como este tipo Javier Lozano, que es quien más lo dice.
¿Metería las manos al fuego por él?
- Si el propósito es que diga que sí o que no, es un ejercicio absurdo. No sé si el Papa Francisco se atreva a meter las manos al fuego, su generosidad lo puede permitir, pero aun así tendría detractores.
¿Si se convierte en secretario de Gobernación, será como su mentor Fernando Gutiérrez Barrios?
- Precisamente, para que no haya ese tipo de especulaciones, acepté ser candidato al Senado por Movimiento Ciudadano.
Todo el mundo espera verlo en Bucareli...
- No sé quién sea todo el mundo, pero de lo que sí me hago responsable es de que vamos a ganar la Presidencia de la República. Así como muchos pensaban, primero, que no iba a haber Frente, después que no iba a haber coalición, hoy el régimen está pretendiendo lastimar nuestro proyecto porque sabe que vamos a ganar. Esto no es una ilusión, sino en un ejercicio real de consolidación política.
¿Qué aprendió usted en la cárcel?
- Lo primero: que el poder no se debe utilizar arbitrariamente. Cuando de manera facciosa se utiliza a las procuradurías, se genera la perversión jurídica, el abuso de poder y la impunidad. El motivo de mi ruptura con el gobierno fue por la crisis de Chiapas, porque no cumplió el presidente Zedillo con su compromiso. Eso fue lo que me llevó a la cárcel: cuando rompes con el Presidente, estás rompiendo con el régimen.
¿Se da cuenta de los paralelismos?
- Por eso se lo estoy diciendo.
¿Cómo es estar en la cárcel?
- En primer lugar, lees mucho y, en segundo lugar, defines con claridad lo que vas a hacer. Si entré en la cárcel, fue porque no quise doblegarme.
¿Se arrepintió estando adentro?
- No. Depende del carácter. Hay gente que se doblega, hay gente que incluso llega al suicidio, hay gente que se desbarata como si fuera arena. Todos los días el propio gobierno me mandaba mensajes, una vez hasta con mi esposa, para que me desistiera, para que me doblegara. Yo le dije a mi esposa: "para salir de rodillas, no hubiera entrado".
Estuvo año y medio...
- ¿Le digo algo? Para que me entienda bien: nunca estuve en la cárcel, mi mente siempre estuvo en libertad, siempre supe que íbamos a salir para cambiar al régimen y sigo en esa misma dirección.
¿Es cierto que en la cárcel se conoce a los amigos?
- Sirve para tres cosas, para conocer amigos, para valorar amigos y para hacer nuevos amigos. Muchos de los que creías que eran amigos, eran amigos del poder. A otros que tú mismo no valorabas como amigos, te demostraban que eran verdaderos. Y hacías nuevos amigos en la solidaridad política.
¿Había visto algo como la ofensiva actual contra Anaya?
- ¡Claro! No tan sólo la había visto, la había sufrido, por eso no lo vamos a permitir.
Es una campaña muy intensa en redes, con cientos de bots...
- ¡No lo vamos a permitir!
¿Cómo lo van a impedir?
- Como se imagine usted. Simplemente no vamos a permitir que haya actos arbitrarios en el siglo XXI.
¿Peña merece la cárcel?
- No soy quién para prejuzgar a una persona. Si hay elementos jurídicos, las personas tendrán que responder.
Anaya ya dijo que sí lo podría encarcelar...
- Él dijo lo mismo que yo le estoy diciendo a usted. Nosotros no podemos pensar llegar al poder con ánimo de venganza, vamos a llegar con ánimo de restablecer el Estado de derecho y de aplicar la justicia, porque no puede haber ni abuso de poder, ni impunidad.
¿Hasta dónde piensa llegar?
- Hasta donde sea necesario. Hasta donde su imaginación se lo permita.
¿Alguna vez pensó en la lucha armada?
- Por mi edad ya no puedo ser comandante, solamente soy Dante.
¿Algún día se piensa jubilar?
- Claro. Pronto, muy pronto, mi generación tiene que pasar a un segundo plano.
¿Cuál quiere que sea su epitafio?
No estoy pensando en epitafios, simplemente quiero que mis hijos recuerden que su padre luchó por lo que creyó.
CINCO DATOS:
1. Nació en 1950 y fue gobernador interino de Veracruz de 1988 a 1992, en sustitución de Fernando Gutiérrez Barrios.
2. En 1996, tras renunciar al PRI, fue encarcelado. 15 meses después, salió absuelto de los delitos de enriquecimiento ilícito, abuso de autoridad y peculado.
3. Fundó el partido Convergencia en 1998, que en 2011 se convirtió en Movimiento Ciudadano.
4. Ha sido dos veces candidato a la gubernatura veracruzana.
5. Jugó un papel central para concretar el frente PAN-PRD-Movimiento Ciudadano.
Fuente: https://www.reforma.com/aplicaciones/articulo/default.aspx?Id=1341720&v=8&Fuente=MD