Palabras de Dante Delgado en la presentación del libro “Privatización del petróleo. El robo del siglo”

Palabras de Dante Delgado, Coordinador de la

Comisión Operativa Nacional de Movimiento Ciudadano,

en la presentación del libro del diputado Ricardo Monreal Ávila:

“Privatización del petróleo/El robo del siglo”, efectuada el lunes

24 de febrero de 2014 en el Palacio Legislativo de San Lázaro.

 

Si algo ha distinguido siempre a nuestro amigo, el diputado Ricardo Monreal Ávila, en todo cuanto acomete, es la congruencia personal entre sus actos y sus convicciones éticas e ideológicas.

     Militante político, gobernador, senador y diputado, en el escaño y en la curul, en cualquiera de las tribunas de las cámaras del Congreso de la Unión, esté donde esté, Ricardo Monreal ha dado sobrado testimonio de la firmeza de sus principios.

     Firmeza que ha reflejado en sus libros: desde “Bernalejo de la sierra: Crónica de un  despojo”, hasta “El fraude que no se vio”; “Bicentenario: El festejo”, “El Fuero Constitucional” y, recientemente, “Escuadrones de la muerte en México” (2013) y “La larga travesía” (enero de 2014).

     En “Escuadrones de la muerte en México”, Monreal llama la atención sobre la existencia de comandos armados al servicio de siete grandes cárteles de la delincuencia organizada; para combatirlos propone “una política social efectiva de desarrollo, empleo, educación, salud y progreso económico y un replanteamiento general de la estrategia contra la inseguridad pública.”

La actualidad le da la razón.

En “La larga travesía”, el diputado Monreal nos describe episodios reveladores de la truculencia electoral en el México contemporáneo, particularmente detalla el manejo fraudulento en la elección presidencial de 2012. 

     Abogado, académico universitario, doctor en derecho constitucional, Ricardo Monreal nos presenta ahora“Privatización del petróleo/El robo del siglo”. En mi opinión, su valioso contenido expone nítidamente cuál es la consecuencia directa de la perversión electoral perpetrada en julio de 2012 en perjuicio del pueblo de México: estamos ante el atropello reformista, desbocado y sin rumbo, de camarillas partidocráticas que han puesto en venta la soberanía nacional, y cuya conquista mayor pretenden que sea la privatización del petróleo.

     “Hay decepción y hay rabia”, afirma con toda justeza Ricardo Monreal en las páginas del libro que hoy me honro en presentar. Documenta exhaustivamente el atraco en contra de la empresa pública más importante para el desarrollo de la economía nacional: Petróleos Mexicanos.

      Sobre el petróleo se ha dicho mucho. Demasiado. Y sin embargo aún tenemos la responsabilidad de saberlo explicar correctamente.

      Hace tiempo que Movimiento Ciudadano fijó categóricamente su posición sobre la privatización de Pemex: dijimos sí a la modernización, no a la privatización.

      Hemos sostenido que el petróleo es y debe seguir siendo patrimonio de la Nación; que la reforma energética debe abrirse a un debate de amplia participación social; que Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidaddeben ser saneados de corrupción para operar con absoluta transparencia y eficacia; que el pueblo tiene derecho a decidir soberanamente su destino y debe ser escuchado y, por lo tanto, consultado.

      Ni el PRI ni el PAN establecieron nunca en su plataforma electoral, ni en su agenda legislativa, ni en el programa de actividades de 2012 (documento que los partidos políticos entregan al Instituto Federal Electoral para informar de su plan de trabajo legislativo), el tema de la privatización del petróleo.

      Así, sin mandato popular para actuar como lo están haciendo, violentan el estado de derecho y evitan la consulta popular. ¿Qué puede ser más importante para consultarle al pueblo de México que lo relativo a su patrimonio y el de las futuras generaciones?

      Permítanme traer a colación algunos datos sobre la rentabilidad de la empresa estatal más importante del país. Son datos cuya racionalidad compartimos y que hacen inexplicable e insostenible, por decir lo menos,  la intención privatizadora del gobierno federal y la partidocracia cómplice. 

  • Petróleos Mexicanos es la empresa más importante en México; ocupa el primer lugar en ventas totales.
  • Nuestro país está entre los 20 con mayores reservas absolutas probadas, situación que contrasta con su declinante producción y creciente consumo.
  • Somos el quinto productor de petróleo crudo en el mundo y Pemex es la onceava empresa integrada de todas las compañías petroleras del mundo y la decimotercera en América. 
  • Pemex es una empresa competitiva. Tiene costos menores en producción, exploración y desarrollo, comparada con Statoil, ExxonMobil, ENI, Petrobras y Chevron.
  • Pemex es la segunda empresa más importante del mundo en utilidades antes de impuestos.
  • En 2012, la carga fiscal sobre Pemex fue de 67.4 por ciento, contra 39.9 por ciento de la venezolana PDVSA, 19% de la noruega Statoil y 11% de Ecopetrol de Colombia.

A manera de ejemplo: si calculáramos la carga fiscal sobre ventas o ingresos totales de las empresas más importantes de México en 2012, la de Pemex fue de 67.4% contra 6% de América Móvil, 3.3% de Fomento Económico Mexicano (FEMSA) y 2.3% de Walmart de México. No son cuentos. Son datos duros de Petróleos Mexicanos, la Bolsa Mexicana de Valores y CNN Expansión.

      Según información oficial de 2013, en los 12 años anteriores Pemex había entregado a la Secretaría de Hacienda ¡más de 7 billones de pesos vía impuestos, derechos y aprovechamientos!

     El Dr. Fluvio César Ruiz Alarcón, consejero oficial en el consejo de administración de la paraestatal, presentó en septiembre de 2013 ante la asociación civil apartidista Constitución y República, un estudio que tituló “Reforma del sector energético: Desafíos y opciones para México”. Dijo entonces, entre otras cosas, lo siguiente: 

  • El régimen fiscal de Pemex es económicamente irracional, financieramente insostenible y no tiene comparación internacional. Consta de 11 Derechos, 4 Impuestos y otras contribuciones.
  • El artículo 7 de la Ley de Ingresos de la Federación 2013, obliga a Pemex a realizar pagos anticipados diarios, sólo por concepto de un solo derecho, de 634 millones 525 mil pesos y semanales de 4 mil 453 millones 880 mil pesos (incluye días festivos).
  • Prácticamente el 70 por ciento de las ventas totales de Pemex van a parar a las arcas de Hacienda (considerando a Pemex Exploración y Producción como el mayor contribuyente de las subsidiarias).
  • Ninguna empresa pública o privada en el mundo puede sostenerse bajo un régimen fiscal como el que padece Pemex.
  • La paraestatal produce en promedio 2.55 millones de barriles diarios de petróleo crudo. El precio promedio por barril de petróleo crudo mexicano es de 101.90 dólares. De lo que se desprende que Pemex pagó a la Secretaría de Hacienda casi 70 dólares por barril.
  • En contraste, durante los últimos 20 años, Pemex ha invertido sólo 9.6 dólares por cada 100  de ingresos, en tanto que Petrobras, por ejemplo, invierte 33 dólares por cada 100 que obtiene de sus ingresos totales.

 Dado que sus cargas fiscales obligan a Pemex a endeudarse, las inversiones anuales que realiza la empresa son bajas en relación con otras compañías petroleras. Pero si sus inversiones futuras fuesen rentables, no sería necesaria la inversión extranjera privada para la operación y expansión de nuestra paraestatal.

     Es oportuno que traiga aquí a colación el tema de los llamados Pidiregas. En su Glosario de Términos, la Secretaría de Hacienda los define como el acrónimo de "Proyecto de Inversión de Infraestructura Productiva con Registro Diferido en el Gasto Público"; esta definición incluye los proyectos de obra pública financiada por el sector privado y construidos por un tercero.

     En la LXI Legislatura del Senado de la República, presidí la Comisión Especial para Determinar las Causas del Bajo Financiamiento para el Desarrollo y del Elevado Monto de la Deuda Pública y sus Instrumentos, que entre otras cosas se ocupó de esclarecer los pasivos generados por el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), creado en 1990 por el gobierno para salvar de la quiebra a muchos bancos a costa de la bancarrota de millones de mexicanos. 

      Solicitamos entonces a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), al Banco de México (BANXICO) y al Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB),  información que permitiera esclarecer los pasivos generados por el Fobaproa, pero también lo hicimos preocupados porque se había generado una  nueva deuda, la de los Pidiregas, cuyos mecanismos de fondeo y sus presuntos efectos productivos no parecían reflejarse en mayores ingresos para Pemex.

La investigación realizada quedó plasmada en tres libros que presentamos en enero de 2010. La comisión encontró: 

  • A cifras de 2008, el diferencial entre la deuda pública reportada por el Banco de México y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público fue de 1.5 billones, lo que representó el 56.3% de la deuda declarada por la SHCP.
  • Ese diferencial, explicado como pasivos adicionales reportados por el Banxico y como parte del saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público por la SHCP, se integró principalmente por los pasivos del Fobaproa, los Pidiregas y los correspondientes al rescate carretero. 
  • De 1990 a septiembre de 2009, el gobierno federal destinó 2 billones 461 mil millones de pesos por concepto de intereses de su deuda. Por otro lado, a septiembre de 2009, se mantuvo un pasivo del Fobaproa por 748 mil 629 millones de pesos, lo que significa que después de 10 años no se ha amortizado en forma significativa el capital y se han pagado casi 500 mil millones de pesos de intereses, tanto con cargo al presupuesto público, como al propio IPAB. 
  • Por esta causa, al 30 de septiembre de 2009, el IPAB contaba sólo con tres mil 931 millones de pesos como fondo seguro para proteger casi 95 por ciento de los depósitos de todo el país, lo que resulta un fondo de protección bancario a todas luces insuficiente para enfrentar una posible contingencia financiera adversa. 

Lo cierto es que los Pidiregas se crearon en 1995 para evitar el registro de la deuda y fueron destinados a financiar proyectos de la Comisión Federal de Electricidad y de Pemex. En el caso específico de Pemex se había establecido que las inversiones eran financiadas por el sector privado, pero lo que en verdad sucedió es que Pemex fue quien financió las obras del sector privado. Además, lo hizo sin cumplir con las licitaciones a que obliga la ley, lo que evidencia cómo se fomenta la corrupción desde el poder.

     Debo mencionar que esta errática política económica debilitó al Instituto Mexicano del Petróleo, institución de vanguardia de la industria petrolera de México y reconocida alma mater de científicos y técnicos, mexicanos y extranjeros. Solo a manera de ejemplo: la Universidad del Petróleo, de Petrobras, reconoce que la formación profesional de sus científicos se dio en el Instituto Mexicano del Petróleo. Los recursos destinados por el gobierno de México a la ciencia y la investigación tecnológica (menos del 6 por ciento del Producto Interno Bruto), son inferiores a los destinados por otras naciones latinoamericanas. La diferencia salta a la vista: mientras en Brasil se titulan más de 11 mil doctores al año, aquí no pasan de tres mil.

     Recuerdo una observación del Dr. José Antonio Reyes González, secretario técnico de la Comisión, quien aseguró entonces que para pagar la deuda se tendrían que destinar los ingresos tributarios del país durante cinco años, única y exclusivamente con ese fin.

     Finalmente la Comisión y el Senado de la República lograron que, que a partir del año 2009, el gobierno reconociera a los Pidiregas como deuda y que dejara de usarlos como opacos objetos de inversión en beneficio de la industria petrolera internacional, a la que se le asignaron contratos de forma directa.

     Todo este escenario de ineficiencia administrativa, de incapacidad gubernamental, de corrupción e impunidad, tiene hoy a los mexicanos frente a un barril sin fondo.

     Barril sin fondo que el gobierno pretende llenar, en vertiginoso acto de prestidigitación, con la venta de nuestro patrimonio a compradores que en sus respectivos países sí han sabido cuidar y hacer crecer la industria petrolera, con sapiencia, eficacia, visión de futuro y, sobre todo, con celoso manejo del dinero público. 

Amigas y amigos que concurren a este importante acto.

El libro de Ricardo Monreal que hoy presentamos, es un documento histórico. Es cierto lo que dice el autor: entre el gobierno federal y una partidocracia encubridora han construido una gigantesca engañifa; pero creo que esta descomunal maniobra privatizadora ofrece la oportunidad, histórica también, de que se abra un gran debate nacional sobre lo que, en sus términos actuales, es una antipatriótica reforma. Este libro debe ser parte esencial de ese debate.

     La disyuntiva es delicada porque la nación está hoy ante dos objetivos que se contraponen: el de soberanía con dignidad, igualdad y bienestar, que impulsan Movimiento Ciudadano y las fuerzas progresistas de México, o el de la subordinación al gran capital extranjero.

     Lo ocurrido la semana pasada en la ciudad de Toluca, durante el encuentro de los jefes de Estado de Canadá, Estados Unidos y México, pone al descubierto esa vergonzosa subordinación del gobierno de nuestro país ante el poder del dinero, al tiempo que exhibe la ligereza con que se apresta a vender el patrimonio nacional.

     Resurgió en Toluca la inveterada costumbre del cosmético: pintura, limpieza de basura, barrido de calles, como si se pudiera maquillar la realidad de México ante las economías más poderosas del continente americano. ¡Hasta los topes quitaron al paso de Obama!

      Los temas del fugaz encuentro fueron el comercio y los negocios. Negocios y comercio que ya abrieron el apetito a los grandes consorcios internacionales de los países del norte: Canadá, para vendernos tecnología de punta; los Estados Unidos van sobre todo lo que se les pone en la mesa con la privatización del petróleo: contratos de servicios, de producción compartida, licencias petroleras, exploración, explotación, gas shale. Están contentos, satisfechos los estadounidenses por la centelleante eficiencia del fast track aplicado por la partidocracia aliada del gobierno. Como se dice coloquialmente: la mayoría de los mexicanos ni la vieron pasar, ni saben qué está pasando.

     Fuera de la mesa de discusión en Toluca quedaron la amenaza de la extradición inminente que se cierne sobre más de un millón de connacionales en Estados Unidos, que se sumarán a los dos millones de deportados por el gobierno de Obama; el avance en la construcción del llamado Muro de la Tortilla; la venta y el contrabando criminal de armamento, comercio en el que somos el cliente número uno de los Estados Unidos en todo Latinoamérica; tampoco se habló del creciente consumo de drogas en el seno de la sociedad estadounidense; del espionaje sin recato de la Casa Blanca a los jefes de Estado de todo el mundo, incluidos los de México; de la relajada acción de los agentes de inteligencia de la DEA y de la CIA en nuestro país; de los 70 mil muertos en la guerra fallida contra el crimen organizado; de las desiguales condiciones de competencia entre los transportistas mexicanos y los del otro lado de la frontera…

     Este es el escenario. ¿Existe o no subordinación de nuestra soberanía a los designios de la Casa Blanca y del gran capital extranjero? Sin duda alguna.

     Por todo ello y más, dice atinadamente el diputado Monreal, hay decepción y hay rabia ante la orgía privatizadora.

     Severo ha de ser el juicio contra los legisladores estatales que irresponsablemente, sin reflexión, de espaldas a la ciudadanía, se desvivieron por aprobar con rapidez la reforma energética y convertirse en obedientes súbditos de la partidocracia.

     Un ejemplo lamentable de esta indigna subordinación se dio en diciembre pasado en el seno del congreso de Veracruz, cuando fue apagado el sistema electrónico para manipular la votación, de la Reforma Energética que se dio en un fast track sin precedentes.

     Lacerante ha de ser también la condena que desde ahora pesa sobre quienes le han mentido a la nación y puesto el poder del dinero por encima de los intereses del pueblo.

     En su afán publicitario, llegaron a manipular mediáticamente el decreto expropiatorio petrolero de Lázaro Cárdenas del Río, emitido la noche del viernes 18 de marzo de 1938 en el Palacio Nacional. Citaron el artículo 7 de ese decreto, que estipuló que podían celebrarse contratos con particulares  “a fin de que estos lleven a cabo por cuenta del gobierno federal, los trabajos de exploración y explotación, ya sea mediante compensaciones en efectivo o equivalentes a un porcentaje de los productos que obtengan”. Pero omitieron perversa y deliberadamente el artículo 9, que definió: “Los contratos de que hablan los artículos anteriores, solo podrán celebrarse con nacionales o con sociedades constituidas íntegramente por mexicanos”.

Amigas y amigos.

Compañeras y compañeros.

La publicación de “Privatización del petróleo/El robo del siglo”, es una potente voz de alerta del diputado Ricardo Monreal Ávila. Los riesgos de la descapitalización, el desempleo, el retorno a la inflación galopante, la pérdida de soberanía, están más que soportados en este libro con datos, estadísticas, cifras y estudios especializados.

     Cuidado con la fiebre privatizadora. Cuidado con  el afán desnacionalizador. Cuidado con el engaño. Cuidado con las leyes secundarias.

     Permítanme insistir en la necesidad de crear un polo legislativo progresista, que vaya al fondo de las leyes secundarias con las que se pretende legitimar este atraco al patrimonio nacional, maquillado con el nombre de “reforma energética”.

     El farragoso, pretencioso y acaso hasta indigesto (por abundante y precipitado) paquete legislativo, debe ser revisado y analizado con toda responsabilidad. ¡No podemos permitir que entre líneas se hagan concesiones antipatrióticas al mejor postor y se entregue la soberanía nacional a intereses extranjeros! Démosle sentido y contenido a la palabra patria.

     Otra grave amenaza se cierne sobre México: la del derroche, la corrupción y la impunidad que agravian todos los días a 60 millones de mexicanos pobres. No advertimos en este gobierno, cuyo afán reformador está “salvando a México” según la revista Time, una política de Estado, una propuesta, un remedio, un antídoto para acabar con esos males endémicos de la administración pública que tienen envenenada la vida nacional.

     Un hecho incuestionable, registrado por Ricardo Monreal, es que las reformas a la Carta Magna aprobadas son lesivas para el interés nacional y deben ser revertidas por un nuevo Constituyente. Los intereses que las respaldan NO coinciden con el interés nacional.

     La responsabilidad es vigilar y denunciar, y tratar de que la ciudadanía esté consciente de lo que se está gestando.

     Cito textualmente al autor, cuando refiere que la acción de privatizar el petróleo, además del robo del siglo, es también una traición de lesa patria. Dice Ricardo Monreal:

     “Cuando una simple mayoría numérica en el Congreso Federal y en los congresos locales modifica alguno de los irreductibles fundamentales de la Constitución, no se produce una reforma constitucional de gran calado…, se produce un agandalle legislativo de gran agravio, típico de una forma de gobierno conocida como ‘dictadura legislativa’.

     “Las dictaduras legislativas funcionan precisamente como lo está haciendo esta legislatura. Reforman disposiciones fundamentales de la Constitución sin consultar a sus representados; actúan como dueños absolutos y plenipotenciarios de la voluntad popular; expropian la facultad fundamental de los ciudadanos de decidir directamente en las urnas asuntos fundamentales para la nación; y en cambio, obedecen sin chistar consignas de instancias metaconstitucionales o extraparlamentarias; legislan al vapor, sobre las rodillas y en lo oscurito; y para cerrar con broche de oro, quieren que se les trate y se les pague como héroes de la patria…, olvidando en todo momento que antes de hacer patria hay que tener matria.”

     Vamos a estar vigilantes, ustedes y nosotros, diputado Monreal, para impedir que se subaste el patrimonio nacional.

     Estaremos pendientes del reparto de lo que usted llama “pastel petrolero”, el de las aguas profundas, que están prestas a saborear las grandes trasnacionales del petróleo: Chevron, ExxonMobil, Shell, Total, British Petroleum, Statoil y Petrobras. A ver qué tajada pretenden dejarle a México.

     A propósito de estas grandes trasnacionales, el autor se pregunta: “Si todas las empresas que hoy buscan convertirse en las nuevas petroleras mexicanas han surgido de los contratos de Petróleos Mexicanos, o se han capitalizado con el presupuesto de ésta, ¿cuál es la lógica económica para que Pemex ahora las convierta en competidoras de sí misma?”

     La respuesta es una, señala Ricardo Monreal: privatizar la renta petrolera, desplazar a la paraestatal del mercado petrolero, y transferir la riqueza de la nación, que es de todos, a unas pocas manos. Ésta y no otra, es la esencia económica de la reforma energética.”

     Este es el dilema, este el desafío, esta la responsabilidad de las fuerzas progresistas ante la acometida desnacionalizadora de la derecha.

     Esta es también la voz de alerta de un libro oportuno e histórico. Y para que corra la voz y se difunda por todo el territorio nacional, la advertencia final:

     Al pie de la urna electoral, “vamos a preguntarle a los ciudadanos mexicanos si estos legisladores y los partidos políticos que aprobaron la reforma energética para supuestamente tener luz, gas y gasolina baratas cumplieron su promesa; y también vamos a pedirle a los ciudadanos que digan si quieren reelegir a legisladores vendepatrias y a partidos traidores a México, o si prefieren regresarlos a sus casas y oficinas, de las que nunca debieron haber salido”.

     Agradezco la distinción por haber participado en la presentación de este libro. Que sea para bien de México. Enhorabuena Ricardo.

DANOS TUS COMENTARIOS

¡Comenta, comparte tu opinión y continúa informándote de los artículos que te compartimos en Movimiento Ciudadano!

SÚMATE

¿Estás en contra de que compren la voluntad ciudadana?
¡Regístrate aquí!

* Todos los campos son requieridos