Ayotzinapa: el requisito es ser pobre

Autor: 
Luis Gutiérrez Rodríguez

La entonces Escuela Regional Mixta, hoy Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, entró a la historia de México el 2 de marzo de 1926 como parte de un ambicioso proyecto educativo nacional, producto genuino de la Revolución, concebido en la segunda década del siglo XX. 

Imbuido del profundo sentido social que impulsó a buena parte de los diputados constituyentes de 1917, el propósito mereció el apoyo consecutivo de presidentes como Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas; también de mexicanos visionarios como José Vasconcelos, quien hizo del magisterio rural “un ejército de paz” y de cada profesor “un apóstol de la educación”, y del indigenista y diplomático hidalguense Moisés Sáenz Garza (hermano de Aarón).

Se trataba de apoyar a hijos de obreros, campesinos e indígenas marginados de la educación y el desarrollo. De ir en auxilio de los sectores más rezagados con alfabetización, educación integral, escuelas técnicas y agropecuarias “sin talleres costosos, pero sí con buenos maestros”, que los iniciaran en las artes, los oficios y el conocimiento de la agricultura. 

Las primeras escuelas normales rurales se establecieron casi al final del gobierno de Álvaro Obregón en Tacámbaro, Michoacán; Molango, Hidalgo y San Antonio de la Cal, Oaxaca. Iniciado el gobierno de Plutarco Elías Calles, se concibió la creación (entre otras) de una escuela normal rural en el estado de Guerrero.

Después de algunos intentos fallidos en terrenos cerca de Iguala, en Tlapa de Comonfort y en el centro de Tixtla, la escuela se instaló a unos kilómetros de esta última población, en un lugar denominado Ayotzinapa (del náhuatl ayotzin-apan, o río de las calabacillas). Originalmente se llamó “Conrado Abundes”, en memoria del insigne educador guerrerense originario de Huitzuco; finalmente se le impuso el nombre del maestro Raúl Isidro Burgos, su director de 1930 a 1935. El maestro Burgos fue quien erigió el plantel, inaugurado en 1933, en un viejo casco de hacienda, donde están sus instalaciones actuales. Justo es decir que el maestro Burgos había sucedido en el cargo a uno de los maestros fundadores, Rodolfo A. Bonilla.

Raúl Isidro Burgos, dice un biógrafo anónimo, “es el ejemplo del auténtico maestro impulsor de la escuela rural mexicana, producto de la Revolución Mexicana, considerando a ésta la casa del pueblo, el lugar de reunión de la comunidad en donde el maestro ponía sus conocimientos al servicio del pueblo, de sus luchas, de sus esfuerzos por resolver sus problemas ancestrales, porque en la escuela rural, se necesitaba un maestro, un verdadero maestro identificado con la población más pobre y apartada de la civilización”.

La escasez de maestros rurales en esa época, propició que se adoptara (y se defendiera) la educación pública como un derecho popular, sobre todo como un derecho de los más pobres, como herramienta esencial para comprender la dura realidad social y la posibilidad de su transformación. Fue vital y necesario que maestros campesinos se encargaran de educar a los hijos de los campesinos.

Imposible desvincular a las escuelas normales rurales de las agresivas condiciones sociales y económicas de cada lugar en que se creaban. Adecuados a esa realidad, los planes y programas de estudio se convirtieron en sólidos compromisos de solidaridad con los más necesitados.

Requisito: ser pobre

Como lo determinaría después el presidente Lázaro Cárdenas del Río al crear los internados federales de enseñanza secundaria para hijos de trabajadores (internados que la miopía oficial liquidó en 1959), el principal requisito para ingresar a estudiar en una normal rural es “ser pobre”. De ahí que estas escuelas (y la de Ayotzinapa no es la excepción) se caractericen por formar maestros rurales con una profunda vocación por la enseñanza y por la solidaridad (además de maestros, suelen ser médicos, albañiles, consejeros, amigos del pueblo, etcétera). Esto es, son auténticos líderes sociales.

Sin embargo, el periodo presidencial de Lázaro Cárdenas del Río fue el último y mejor para las escuelas normales rurales. Desde entonces empezaron a reducirse apoyos y presupuestos debido en parte, acaso, a que durante el gobierno de Lázaro Cárdenas las normales rurales incorporaron la educación socialista en su currículum académico.

En este escenario de adversidad, la relación de maestros y alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa con el gobierno mexicano ha sido desde entonces atropellada y de tensión permanente. El primer presidente en tirar la piedra fue Manuel Ávila Camacho, cuyo gobierno difundió en 1941 el rumor de que los estudiantes normalistas habían agraviado a la bandera nacional, al sustituirla por la bandera rojinegra de una huelga estudiantil. Por este motivo, algunos alumnos fueron aprehendidos bajo cargos de sedición, asociación delictuosa y otros; las autoridades de la escuela fueron cesadas y fue modificado el proyecto educativo: se separó la formación agropecuaria de la educación normal.

La vida de tres maestros guerrerenses: Lucio Cabañas Barrientos, Genaro Vázquez Rojas y Othón Salazar Ramírez, es a menudo punto de referencia para hablar o escribir sobre la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa y señalarla a veces, sin sustento, como fuente de subversión. Los dos primeros fueron célebres guerrilleros. El tercero, incansable luchador pacífico por el socialismo y la democracia sindical del magisterio.

Lucio Cabañas terminó sus estudios de maestro rural en Ayotzinapa, después de lo cual fue asignado como profesor en Mexcaltepec (Atoyac de Álvarez), donde a fines de los años 60 comenzó a organizar las bases de un movimiento radical que se convertiría en el Partido de los Pobres, organización guerrillera con una amplia base social en el sureste de Guerrero. Fue Cabañas, además secretario general de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FESCSM), la organización estudiantil más antigua del país, con ideología de izquierda radical.

El 30 de mayo de 1974, cuando estaba en plena campaña política, fue secuestrado por el Partido de los Pobres el candidato del PRI a la gubernatura, Rubén Figueroa; fue rescatado hasta el 8 de septiembre. Tres meses después, el 2 de diciembre, de 1974, murió Lucio Cabañas en un paraje serrano cerca de Tecpan de Galeana, emboscado por una partida militar. Tenía 35 años de edad. Los biógrafos de Genaro Vázquez Rojas discrepan en cuanto a si fue o no egresado de la Normal Rural de Ayotzinapa, si bien la mayor parte de ellos señala que se tituló como profesor en la Escuela Nacional de Maestros (1957) en la Ciudad de México y cursó estudios de Derecho en la UNAM, sin terminarlos.

Originario de un pueblo de la Costa Chica guerrerense, siempre mantuvo presencia activa en los movimientos sociales de su estado natal, particularmente en la lucha contra el gobierno autoritario y déspota del general Raúl Caballero Aburto. Este gobernador fue destituido el 4 de enero de 1961 por el Congreso de Guerrero, cinco días después de que más de 20 civiles fueran abatidos (el 30 de diciembre de 1960) por soldados bajo el mando del Gral. Julio Morales Guerrero, cuando participaban en una marcha de protesta en la plaza principal de Chilpancingo.

Vázquez Rojas ya había fundado, en 1959, la Asociación Cívica Guerrerense (ACG), que habría de convertirse en la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), fuente de diversas organizaciones armadas. Bullían en México las huelgas: la ferrocarrilera, la magisterial, la de telegrafistas y la estudiantil.

El 27 de abril de 1960 fue aprehendido en las cercanías de Teloloapan y liberado el 12 de mayo siguiente; luego de recuperar su libertad, en junio de 1960 organizó una caravana cívica de protesta a la Ciudad de México, que fue recibida por Adolfo López Mateos, a quien le pidieron la desaparición de poderes en el estado de Guerrero. El 11 de noviembre de 1966, Genaro fue detenido en la Ciudad de México y, llevado a Guerrero, se le confinó en la cárcel de Iguala, de donde lo liberó un comando armado el 22 de abril de 1968.

Su muerte, hasta la fecha, quedó envuelta en el misterio: según la versión oficial, en la madrugada del 2 de febrero de 1972, el auto en el que viajaba acompañado del segundo al mando de la ACNR José Bracho Campos y otros tres militantes, se estrelló en la carretera México-Morelia. Genaro falleció por contusión craneana.

Oriundo de Alcozauca, Guerrero, Othón Salazar Ramírez inició sus estudios de maestro en 1942, en la Escuela Normal Rural de Oaxtepec, Morelos, que era mixta, pero cuando el gobierno le quitó este carácter, las mujeres fueron trasladadas a la Normal de Palmira, Morelos, y los varones a la de Ayotzinapa, Guerrero. Poco después decidió irse a la Ciudad de México para inscribirse en la Escuela Nacional de Maestros (ENM), donde terminó la carrera en 1948.

Al parecer su trayectoria disidente empezó en 1951, ya profesor, cuando con cuatro compañeros de la escuela Territorio de Quintana Roo se negó a enseñar la “doctrina Alemán”, que bajo el título de “cátedra de civismo” fue inducida en las escuelas primarias para abrir paso a una pretendida reelección de Miguel Alemán como presidente de la República. Personajes como Francisco J. Múgica, Ignacio Ramos Praslow, Porfirio del Castillo y Andrés Magallanes le dieron su apoyo moral. De 1952 a 1953 perteneció al Club Estudiantil Normalista de la Juventud Comunista de México; en 1954 encabezó durante 46 días una huelga en la Escuela Normal Superior de México, que logró que los normalistas recién egresados impartieran seis horas de clase en escuelas secundarias.

Acusado de comunista, siempre defensor de maestros y alumnos, Othón Salazar organizó y dirigió el Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM), de 1956 a 1977. El 30 de abril de 1958, el MRM se posesionó del edificio de la SEP en demanda de aumento salarial. El 5 de junio siguiente, el presidente Adolfo Ruiz Cortines acabó por conceder 19.5% de aumento salarial al magisterio, pero el 6 de septiembre, fue secuestrado en su domicilio por la Policía Federal de Seguridad y encarcelado en el penal de Lecumberri.

Un paro magisterial en primarias y jardines de niños, logró su libertad el 5 de diciembre de 1958, ya con Adolfo López Mateos en la Presidencia de la República. El 31 de octubre de ese año, cuando todavía estaba en la cárcel, en lo que fue el único congreso de masas del SNTE, se eligió por mayoría al primer Comité Democrático de la Sección IX. Fue desconocido por la SEP y Othón y el MRM emprendieron una resistencia de 83 días, que fue reprimida brutalmente. En represalia, Othón Salazar y muchos otros maestros fueron cesados y despojados de sus plazas.

Todavía participó en política: se incorporó al Comité Central y a la Comisión Ejecutiva del Partido Comunista de México (PCM), que fue legalizado en 1978 y en septiembre de 1979 protestó como diputado plurinominal del Partido Socialista Unificado de México.

Nunca se olvidó de Guerrero. Ese año de 1979 creó el Consejo de Pueblos de La Montaña para tratar de involucrar a los pueblos indígenas en los planes y programas de desarrollo regional. En 1980 fue candidato a gobernador de Guerrero por el PCM y en 1987 se convirtió en el primer alcalde de oposición del país, como presidente municipal constitucional de Alcozauca. Participó luego en la fundación del Partido de la Revolución Democrática (PRD), fue una vez más diputado federal en el periodo 1992–1994 y, en 1998, renunció sorpresivamente al perredismo, porque él “ya no encajaba en ese ambiente político que no es de izquierda”, según su carta de renuncia.

En 1997, en Chilpancingo, recibió de Ángel H. Aguirre Rivero, entonces gobernador interino de Guerrero, la Presea al Mérito Civil. Cinco años después, en 2002, otro gobernador, René Juárez Cisneros, le entregó la Presea Sentimientos de la Nación en sesión pública del congreso del estado. Murió el 4 de diciembre de 2008 en su casa de Tlapa y fue inhumado en su natal Alcozauca.

En diciembre de 2009, al año de su fallecimiento, la generación 1976–1980 de la Escuela Nacional de Maestros le rindió homenaje al maestro Othón Salazar. En uno de los muros del plantel se colocó una placa en honor del insigne ex alumno de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, cuyas primeras líneas dicen: “Fue revolucionario comprometido, que venía de los pobres y murió lealmente del lado de los pobres”. La memoria de los tres guerrerenses cuyas vidas han sido resumidas en este espacio, ronda sin duda en las aulas de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Ante la brutalidad de lo ocurrido el 26 de septiembre último, ¿Cuál será hoy el ejemplo a seguir para los jóvenes y soñadores futuros maestros? ¿Lucio? ¿Genaro? ¿Othón?

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