“No porque nos haigan dado una mala noticia a nosotros, este, ya se acabó todo. Quiero que algún día, ustedes me acompañen a mí y a mi jefe a alguna marcha, alguna protesta porque esto va a seguir, va a seguir porque mientras no se aclare lo de los demás, esto va a seguir”, expresó Hugo Mora Venancio, hermano mayor de Alexander, uno de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa que ayer fue declarado oficialmente muerto.
La voz de Hugo transformó el dolor y las lágrimas en indignación durante un mensaje que dirigió anoche frente a los compañeros de su hermanito, un grupo de adolescentes que conforman el equipo de futbol del pueblo llamado La Juventus.
Los jóvenes deportistas acudieron a la casa de Alexander, una humilde vivienda de techo de madera, paredes agrietadas de adobe y piso de tierra -como la mayoría en este lugar marginado pero rebelde de la Costa Chica de Guerrero- para solidarizarse con la familia de su compañero asesinado por el “narcogobierno” quien era conocido como La Roca por su férreo temple en la cancha.
En medio de flores, humo de incienso y frente al altar dedicado al normalista victimado, Hugo Mora, el mayor de los siete hermanos hizo la siguiente petición:
“Nosotros también queremos sentirlos, que ustedes están con nosotros, no los voy a invitar para que vayamos a pelear. Sin armas, no. (Yo) Quiero que ustedes nos apoyen moralmente con su presencia para que nosotros nos sintamos con ganas de seguir adelante, sintamos nosotros que no estamos solos”.
El mensaje de Hugo, que arrancó lágrimas entre los deportistas y familiares congregados en el reducido espacio de la casa, sintetiza la indignación de los padres y hermanos de los normalistas que siguen desparecidos a más de dos meses de la masacre de Iguala.
Hace tres días, el presidente Enrique Peña Nieto pidió a los familiares de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, “superar el dolor” durante un foro realizado en Acapulco con empresarios de la entidad.
En ese momento, autoridades federales ya tenían conocimiento que el laboratorio austriaco había confirmado que un fragmento de hueso y un molar correspondían al normalista Alexander Mora Venancio.
Estos restos fueron encontrados por peritos de la PGR al interior de unas bolsas que presuntamente fueron tiradas al río San Juan, luego de que un grupo de sicarios ejecutó e incineró a los normalistas de Ayotzinapa en el basurero municipal de Cocula.