Integrantes de la organización Pen International, defensora de la libertad de expresión, manifestaron su preocupación por la “falta de voluntad política” del gobierno de Enrique Peña Nieto para atacar la violencia contra los periodistas.
En conferencia de prensa para dar a conocer las conclusiones de “La Cumbre de las Américas” –a la que asistieron escritores y periodistas de Estados Unidos, Canadá, América Latina, Alemania y Japón–, el presidente de Pen International, John Ralston Saul, advirtió que pese a los avances en materia de protección de periodistas y de la federalización de los delitos de libertad de prensa, el gobierno federal “no ha atacado los problemas fundamentales, que son la corrupción, la impunidad y la violencia, que se alimentan uno del otro”.
Ralston Saul destacó que la preocupación por la crisis de derechos humanos y las amenazas a la libertad de expresión es de tales dimensiones para los afiliados a Pen, que por tercer año consecutivo visitan el país para hacer notar a las autoridades y a los mexicanos que “los están viendo” desde afuera.
Hace tres años, recordó, en reuniones con autoridades federales “la libertad de expresión no estaba en el centro del debate ni el discurso. El discurso dominante era la actuación del gobierno contra el crimen organizado”.
No obstante, agregó que asuntos como el ataque contra los estudiantes de Ayotzinapa y la presencia de organizaciones internacionales como Pen, “se está empezando a enteder que (los ataques) a la libertad de expersión se encuentra en el corazón del problema de México”.
El escritor de origen canadiense apuntó que la “mala reputación” de México por la violencia, la impunidad y la corrupción, “está dañando su habilidad para tener éxito económicamente”, de manera que empresarios extranjeros “están preocupados por invertir”.
Según su opinión, el gobierno federal olvida que para crecer como nación “no se trata de crecimiento económico, porque no puedes tener crecimiento económico si no existe una confianza amplia en el sistema, y la libertad de expresión es una cuestión elemental para poder hacer negocios, no sólo se trata de dinero sino es cuestión de relaciones, no pueden existir relaciones si existe miedo y desconfianza”.
Acompañado de representantes de Pen como Luisa Valenzuela de Argentina, Gioconda Belli de Nicaragua, Dina Meza de Honduras, Aline Davidoff de México, Hori Takeaki de Japón, Claudio Aguiar y Regula Venstre de Alemania, Ralston urgió al gobierno federal a comprometerse a abatir la impunidad en los crímenes contra la libertad de expesión, “sea contra periodistas o estudiantes”, y castigar a los responsables para recuperar la confianza en el país.
El japonés Takeaki enfatizó en que hay una “seria preocupación” de escritores de la talla del Premio Nobel de Literatura 1994, Kenzaburó Öe, y del popular escritor Haruki Murakami por las dimensiones de la violencia desatada en México en los últimos diez años.
En enero 2012, rememoró, 170 escritores de todo el mundo –entre ellos, 37 japoneses– firmaron una carta de solidaridad con los mexicanos por el nivel de violencia y los riesgos a libertad de expresión.
La alemana Regula Vestre resaltó que la consternación por la crisis humanitaria que atraviesa el país, llevó a la división de Pen en Alemania a abrir un programa de protección a periodistas mexicanos en riesgo, siendo una de ellas Ana Lilia Pérez, autora de libros sobre narcotráfico y la corrupción entre autoridades de Pemex y empresas de hidrocarburos, casos por los que ha sido amenazada.
Gioconda Belli y Luisa Valenzuela expresaron su solidaridad y su indignación por el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala. Dina Meza y Claudio Aguiar hablaron de la expansión de la violencia hacia la prensa.
La honureña aseguró que de 2009 a la fecha, 50 periodistas han sido asesinados en su país. El brasileño sostuvo que en 2013 y 2014, 27 comunicadores corrieron con esa suerte.
Al destacar que de 2000 a la fecha han sido asesinados 93 periodistas y 25 están desaparecidos, según cifras de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) en México, el diagnóstico de Pen International sobre la situación que atraviesa el país resalta la debilidad de esa fiscalía para atender “casos relacionados con el crimen organizado, una falta de apoyo político y una falta de financiación adecuada y de recursos”.
La organización consideró grave que en 12 de 32 estados se mantenga como delito penal la difamación, así como las barreras “a la entrada de nuevos medios de comunicación y una falta de diversificación dentro de los medios periodísticos”.
Grave es también, dijo, “la relación incómoda entre muchos medios de comunicación y el gobierno”, así como “la manipulación de los medios de comunicación a través de la compra de espacios publiciarios para recompensar o castigar por coberturas mediáticas ya sean estas positivas o negativas”.
Durante su visita a México del 13 al 24 de febrero, los integrantes de Pen International se reunieron con el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez; los secretarios de Gobernación Miguel Àngel Osorio Chong y de Relaciones Exteriores José Antonio Mead; el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera; así como el presidente del Senado, Miguel Ángel Barbosa, entre otros funcionarios.
La responsable de Pen México, Aline Davidoff, consideró como como un resultado “optimista” que dichos funcionarios los escucharon y les dieron tiempo suficiente para exponer sus inquietudes.
Por lo menos saben que “los ojos del mundo están puestos en México” y que escritores y periodistas “se solidarizan con los periodistas, los escritores, los blogueros mexicanos” por la violencia de que son víctimas.