29 de Septiembre 2015
El tema de la paridad de género no ha sido fácil en el estado de Chiapas, donde por primera vez este jueves 35 mujeres tomarán protesta entre amenazas como alcaldesas en contra de los usos y costumbres indígenas que establecen que una mujer no puede gobernar una comunidad.
El acceso de las mujeres al poder está garantizado por la ley hasta el momento de las elecciones, pero de ahí a tomar posesión de los cargos, hay un trecho muy largo.
En varias entidades del país, mujeres electas para ocupar presidencias municipales han sufrido ataques o amenazas por personas que se oponen a que tomen posesión de sus oficinas.
El caso más notable ha ocurrido en Chiapas, donde por primera vez en 100 años, 35 mujeres ocuparán una alcaldía a partir de este jueves, pero varias de ellas han denunciado amenazas para impedirles ocupar ese cargo.
Una de las razones es la misoginia; en algunos casos, se trata de comunidades en las que no conciben la idea de que una mujer los gobierne.
En otros casos, el rechazo hacia las mujeres electas tiene su origen en que son “juanitas”: les dieron la candidatura en sustitución de algún hombre que, por el reparto de cuotas de género, tuvo que ser removido.
Las senadoras Martha Tagle (Movimiento Ciudadano), Lucero Saldaña (PRI) y Pilar Ortega (PAN), presentaron en agosto pasado un punto de acuerdo ante la Comisión Permanente para pedir que cese la violencia contra las mujeres que fueron electas para un cargo de elección popular.
Las legisladoras reconocieron que es un problema del que poco se sabe, por las consecuencias que su denuncia trae para las mujeres.
“Una vez más nos enfrentamos al problema de la falta de denuncia pues las mujeres son estigmatizadas como conflictivas, sensibles e incapaces de apegarse a las reglas del juego político, además del miedo por las amenazas a su integridad de las que son víctimas”, señalaron las legisladoras.
Muchas de las mujeres que tomarán protesta en los próximos días son “juanitas”; es decir, renunciarán a sus cargos para “cederle” el lugar a algún varón que haya estado impedido para ocupar esa oficina pública.
El lento avance Un análisis del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género (CEAMEG) de la Cámara de Diputados sobre la participación política de las mujeres, revela que en algunas entidades las féminas ostentan el 30 por ciento de las alcaldías, mientras que en otros nunca ha habido presidentas municipales.
Es el caso del Distrito Federal, el 31 por ciento de las mujeres encabezan gobiernos delegacionales. Le siguen Colima y Baja California Sur, con el 20 por ciento.
En el otro extremo se encuentran Quintana Roo y Baja California, con ninguna mujer alcaldesa. En el caso de la segunda entidad, nunca han tenido una presidenta municipal.
En 20 años casi se ha triplicado la presencia de mujeres en las alcaldías, pero su participación aún es marginal.
En 1995, el porcentaje de alcaldesas a nivel nacional era de 3.5. Para 2014, dicho porcentaje se ubicaba en 9.1 por ciento.
A nivel federal, la paridad es cada vez más patente. En las elecciones del pasado 7 de junio, fueron electas 211 mujeres diputadas federales en el Congreso de la Unión, lo que representa el 42 por ciento.
Sin embargo, el acceso efectivo de las mujeres al poder aún es una meta lejana.
Denuncia, fundamental En los discursos, la paridad de género es un tema recurrente; incluso, el país ha firmado varios acuerdos para procurar la igualdad entre hombres y mujeres.
Sin embargo, el cambio de mentalidad puede ser una tarea que dure varias generaciones y debe acompañarse de educación y acciones legales para obligar al cumplimiento de la ley.
Josefina Meza, presidenta del Frente Político Nacional de Mujeres, afirmó que su organización presentará denuncias penales contra las mujeres que sean “juanitas” y renuncien a sus cargos para darle su lugar a algún varón.
“Si una mujer renuncia al cargo para dárselo al marido, la vamos a denunciar a ella penalmente por fraude electoral, para que no se presten a los juegos de ellos.
“Y no vamos a permitir que nos diga que sufre de insomnio o de alzheimer; y si de plano se tiene que ir, que sea otra mujer la que suba, para que el principio de paridad sí respete los espacios”, expuso.
Meza comentó que la única forma en que se puede cortar de raíz el problema de la inequidad es a través de la educación.
“Estamos hablando de un cambio sociocultural que debe tratarse desde la educación; los libros de texto deberían tener contenido sobre este tema, como ya lo hace Chile.
“Como no se ha hecho, no queda de otra más que hacer el cambio por sentencias; y entonces, ahí vamos remando contra la corriente”, asentó Meza.
La activista sostuvo que la presentación de denuncias contra mujeres “juanitas” comenzará en Querétaro, pero se extenderá a otros estados hasta que se vuelva una práctica a nivel nacional.
Chiapas, la llegada complicada En los municipios de Chiapas, son varias las mujeres que han sufrido ataques o amenazas antes de tomar protesta como alcaldesas de sus ayuntamientos.
Conformados básicamente por población indígena, en algunas comunidades el hecho de que una mujer llegue al poder es casi una afrenta.
De acuerdo a la Red Chiapas por la Paridad Efectiva (Repare) en la entidad, por primera vez en su historia, 35 de 122 ayuntamientos estarán encabezados por mujeres.
En los últimos 100 años, solo 57 mujeres han sido presidentas municipales en Chiapas. En el trienio que concluye este 30 de septiembre, solo hubo dos alcaldesas.
Entre 1973 y el 2015, el número máximo de alcaldesas al mando de forma simultánea, han sido seis.
La Repare ha documentado la travesía de algunas alcaldesas electas que, antes de tomar posesión de sus cargos, han sido amenazadas con que eso no va a ocurrir.