Movimiento Ciudadano Yucatán apoya a habitantes de Puerto Progreso

Boletín Informativo

Mérida, Yucatán

28 de septiembre de 2013

 

Movimiento Ciudadano Yucatán apoya a habitantes de Puerto Progreso

 

Aun cuando el Puerto de Progreso es uno de los principales puertos de altura del país y un importante punto turístico del estado de Yucatán, muchos de sus habitantes viven hoy en el abandono de las autoridades tanto del gobierno del estado como del municipio.

Como parte del trabajo que realiza Movimiento Ciudadano a través del Observatorio Contra la Violencia Social y Fiscalización de los Programas de Apoyo Estatal, recorrieron  el municipio de Progreso, con el fin de atender a los ciudadanos que viven en esta marginación y corroboraron las necesidades que tienen por la ausencia de un plan de desarrollo, debido a la incompetencia de los actuales funcionarios públicos quienes no fueron designados por su capacidad y experiencia sino por sus relaciones de amistad, nepotismo  y nexos políticos con quienes hoy gobiernan.

Es así que tanto el ciudadano que vive como obrero, empleado, profesionista o como  empresario, se encuentra alejado de las oportunidades de crecimiento económico que tan importante puerto debería de brindarles. Por otro lado, el gobierno hace uso de estas necesidades con fines electoreros y ya en el poder no cumplen con sus compromisos de campaña para que en la siguiente elección, otros candidatos de su partido vuelvan a hacer las mismas promesas de cambiar la situación.                                                         

La colonia Divino Niño es una prueba fehaciente de la insensibilidad y negligencia de las autoridades municipales, en donde más de cien familias viven desde hace diez años sin calidad de vida, en total ausencia de equipamiento urbano, sin salvaguarda de sus derechos humanos y sin servicios públicos de vital importancia como el abastecimiento del agua potable cuya red  se encuentra a escasos  50 mts. de sus casas sin que las autoridades tengan la voluntad de hacerla llegar a sus habitantes, pero han tenido la desfachatez de construir ductos de agua potable en sitios donde la población es escasa con dinero etiquetado desde el congreso federal.

Como una mala broma, también instalaron hace algunos años un par de postes de luz pero no concretaron la red eléctrica. Los vecinos de esta colonia denuncian que sólo en tiempos de campaña los candidatos los visitan para pedirles el voto con promesas de cambiar la situación pero luego de ganar la contienda todo queda en el olvido, pues los candidatos en las pasadas elecciones aseguraron hacerles llegar los servicios de los que aún carecen.

La Ciénaga 2000, otra de las colonias que vive bajo condiciones críticas, es un fraccionamiento que surge como consecuencia de la falta de visión, conciencia, compromiso y responsabilidad de pasados gobiernos quienes después de rellenar la ciénaga afectando el ecosistema y medio ambiente entregaron a la gente estas casas pese al riesgo que esto significaba,  pues esta zona posee ojos de agua y como era de esperarse esta circunstancia mantiene inundadas varias calles  y esto ocasionó que la gente viva en condiciones insalubres, rodeada de moscos, basura, aguas contaminadas, peces y garzas y ahora  permanecen al margen de los planes de gobierno que presuponen la búsqueda del bien común y que dista mucho de ser lo que los ciudadanos se merecen.

Si bien les va, cuando el agua se sale de control, llegan cuadrillas que mediáticamente secan las calles y se van de ahí, olvidando que el origen del problema subsiste más allá de su negligente gobierno.

Es inaceptable continuar con este sistema de gobierno que no está comprometido con el bienestar de los ciudadanos, como ejemplo está la actual alcaldía de Daniel Zacarías Martínez,  quien no ha demostrado  ningún compromiso social,  convirtiéndose el puerto de Progreso en un nido de jóvenes ambiciosos y  frívolos. 

A casos como éstos, se suman  más hechos indignantes hacia la comunidad como lo son:

a)    El permiso de construcción otorgado para una Gasolinera propiedad de la familia Alonzo, cuando se han negado espacios de esparcimiento y deportes para niños y jóvenes de Chicxulub porque supuestamente carecen de terrenos.

b)    El mal manejo en la asignación de la obra pública ya que se le ha permitido a Juan Zacarías “designar” a quienes la realizarán y se la otorga a quienes él quiere previo “diezmo”, mientras que los habitantes del municipio que viven de la construcción se encuentran desempleados o subcontratados por los concesionados.

c)     La arbitraria remodelación del Malecón realizada durante el mandato de Ivonne Ortega con un presupuesto oneroso y pésimo material, el cual nunca se consensó ni aprobó por los progreseños y que perjudicó a los comerciantes de la zona quienes se han visto afectados pues la gente que estaba acostumbrada a disfrutar de un paseo transitando por el malecón, con la posibilidad de estacionarse en el lugar más cercano al establecimiento de su preferencia, ha dejado de asistir ocasionándoles bajas o nulas ventas lo que a algunos ha llevado a cerrar sus negocios.

Si todo lo anteriormente expuesto no fuera suficientemente indignante y vergonzoso, aunamos la desatinada pasividad del gobernador Rolando Zapata Bello, quien teniendo la posibilidad de prolongar el período vacacional (la Temporada) apelando a los usos y costumbres de nuestra comunidad para el provecho de los comerciantes porteños, no tuvo  la firmeza e interés de hacerlo dejando en una profunda crisis económica a un gran número de pescadores, comerciantes y otras personas quienes durante esta época prestan sus servicios a los veraneantes y con ello garantizan el sustento de su familia.

Hoy por hoy los ciudadanos del municipio porteño se preguntan ¿Quién será capaz de velar por sus derechos fundamentales para tener una vida  digna? ¿Cuándo dejarán de amenazar a los pescadores que en cada período de campaña temen ver  “amarrados los barcos” si no ejercen su voto a favor de los empresarios pesqueros, mismos que  contienden por los puestos públicos y han generado por muchos años este caos en la comunidad?

¿Hasta dónde van a llegar las familias Alonzo y Zacarías en su afán de conservar el poder mediante la amenaza y con el abandono de su gente demostrando con cada acción su indiferencia ante las necesidades de su municipio?

En el Movimiento Ciudadano creemos que ya es tiempo de encender la llama de la esperanza,  llegó el momento de sancionar a aquellos servidores públicos que no han  cumplido las promesas que hicieron cuando estaban en campaña. Progreso merece nuestro compromiso.

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