México SA: Carlos Fernández-Vega

Autor: 
Carlos Fernández-Vega
 
  • Economía: coctel explosivo
  • Frágil inicio del tercer año
  • ¿Y dónde está el complot?
El coctel económico se torna explosivo y pone nervioso (Carstens dixit) a más de uno: la economía se mantiene en el limbo, se desploma el ingreso petrolero, se acelera la exportación de capital, se cae el tipo de cambio, flaquea la inversión extranjera, los capitales golondrinos se aprestan a emigrar hacia paraísos financieros y fiscales distintos al mexicano, el poder adquisitivo de la mayoría se deteriora día a día y quienes presumían saber cómo gobernar, de plano no dan una.

Cero y van dos (sin olvidar las tres décadas previas). En un ambiente político enrarecido y con una sociedad enardecida, el actual inquilino de Los Pinos cierra su segundo año con un abultadísimo inventario de pendientes, a tientas y sin mayor perspectiva para iniciar el tercero del mandato, el cual, formalmente, arranca al próximo lunes. Una vez más la terca realidad se impuso, y a Peña Nieto no le duró la fábula del mexican moment ni el cuento de las reformas.

Ante tal panorama los pragmáticos aliados naturales del régimen no desperdician su tiempo en pequeñeces ni se fijan en colores gubernamentales: con los dineros por ellos obtenidos en la economía mexicana atiborran sus alforjas y apresuran su envío a territorios menos hostiles y más civilizados.

De acuerdo con información oficial, “entre el primer trimestre de 2013 y el tercero de 2014, es decir, durante el actual gobierno, han sido transferidos a cuentas bancarias del exterior 44 mil 625.7 millones de dólares. Otros 17 mil 871 millones de dólares se han enviado para realizar inversiones directas –las que generan actividad económica y empleo en terceras naciones– fuera del país. En total, por ambas vías han salido de México 62 mil 497 millones de dólares” (La Jornada, Roberto González Amador).

La cantidad de recursos enviados en lo que va de la actual administración a cuentas bancarias en el extranjero o para financiar la compra de empresas es inferior en sólo 18 por ciento al saldo de la deuda externa neta del gobierno federal. Resulta mayor si es comparada con las operaciones que por los mismos conceptos se registraron en igual periodo del gobierno anterior” (ídem).

Entonces, si el gobierno peñanietista requería un indicador fidedigno sobre la confianza que el gran capital le tiene (como presume en sus discursos), pues el Banco de México (de donde proviene la información referida) recién se lo ha proporcionado. Es tal la confianza que le tienen, que en los primeros 21 meses de la nueva administración los barones exportaron capitales a razón promedio de 99.2 millones de dólares por día (alrededor de mil 300 millones de pesos cada 24 horas).

Con el citado balance, y en medio de la teoría del complot que maneja el inquilino de Los Pinos, en el transcurso del presente siglo (que involucra las administraciones foxista, calderonista y peñanietista), los barones han desvalijado (dinero generado internamente para ser exportado) a la economía mexicana con cerca de 300 mil millones de dólares, y contando, algo así como una cuarta parte del producto interno bruto nacional. Todo, desde luego, permitido por el propio gobierno y las leyes aprobadas por el Congreso.

Por lo anterior, México refrenda el negro galardón que en tiempos calderonistas le concedió la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), es decir, el de exportador neto de capitales, dineros generados en la economía mexicana para ser depositados y/o invertidos en terceras naciones, donde contribuyen a generar empleo y al fortalecimiento económico del país receptor.

Y, como siempre, se juntan roto con descosido. El Inegi informa que el ingreso mexicano por exportación petrolera se desplomó 21 por ciento en octubre de este año, proporción equivalente a 3 mil 430.2 millones de dólares. Si se considera esta caída y se combina con el creciente costo (por precio, volumen y tipo de cambio) de importar productos petrolíferos, entonces la conclusión es aterradora: en el mes de referencia, la aportación neta de divisas al país por la industria petrolera fue de apenas 42.9 millones de dólares (La Jornada, Juan Antonio Zúñiga).

El barril mexicano de exportación cerró octubre de 2014 con un precio de 76.98 dólares, 10.53 billetes verdes menos que en septiembre. Pero ayer el crudo nacional se cotizó a 69.77 dólares, 7.21 menos que al concluir octubre, la cota más baja desde 2010. Y este último precio ya aplica para las ventas de enero de 2015, toda vez que éstas se concretan y contabilizan seis semanas antes de la entrega física. En síntesis, a lo largo del presente año el precio del barril mexicano de exportación se ha desplomado 25 por ciento, sin olvidar que la producción se reduce y que el ingreso por oro negro representa un tercio del presupuesto de egresos de la federación.

Para aderezar el coctel, el tipo de cambio del peso frente al dólar se zarandea (con una deuda externa en niveles históricos), el cual ayer cerró por arriba de las 14 unidades. Cuando Enrique Peña Nieto se instaló en Los Pinos se pagaban 12.98 bilimbiques por billete verde, y en la euforia propagandística del mexican moment la paridad se ubicó por debajo de las 12 unidades. Ahora hay que pagar 14 pesos por dólar, algo no registrado desde hace más de dos años, con todo y reformas que finalmente no resultaron ser la prometida varita mágica.

De cereza, uno de los pilares de la política económica se desmorona: de enero a septiembre de 2014 la captación de inversión extranjera directa –tan promovida y cacareada por el gobierno– se desplomó 46 por ciento, de 28 mil 233.8 millones de dólares en igual lapso de 2013, a 15 mil 310 millones en el presente año.

Y en medio de todo esto la sacrosanta cuan pasmada economía nacional que se mantiene en la lona y crece a un ritmo menor al del calderonato, lo que ya es decir. Pero el complot, según dicen, está en las calles y los manifestantes son sus heraldos.

Las rebanadas del pastel

Atento recado para Alfredo Navarrete Prida, recientemente galardonado (¿?) por el gobierno español: es falso que ya esté remediada la situación en el río Sonora, afectado por la contaminación de la minera Buenavista del Cobre (de Germán Larrea). Es una burla que hasta en salas de cine se muestren comerciales en donde Grupo México muestra un río Sonora limpio y con abundante fauna, cuando apenas esta semana se volvió a ver una mancha naranja de contaminación en el agua. Atentamente: Pedro Armando Lugo López, presidente municipal de Aconchi.

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