México necesita transparentar su sistema fiscal, combatir la corrupción y la desigualdad, disminuir los impuestos en compras y consumos como la electricidad, y aplicar un impuesto a las herencias, dijo ayer el economista francés Thomas Piketty durante su encuentro con los medios de comunicación en la 28 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde presentó su libro El capital en el siglo XXI.
El volumen, editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), es considerado un best seller ya que hasta el momento ha registrado la venta de un millón 300 mil copias en todo el mundo, de los cuales 66 mil se han consumido en México, España, Argentina, Chile y Colombia en tan sólo 10 días.
Especialista en desigualdad económica, Piketty cuestionó el hecho de que las grandes empresas queden exentas del pago de impuestos, ya que esto “es una gran amenaza para nuestras sociedades democráticas y un sin sentido que tiene efectos negativos en el capital y el crecimiento de todo país”.
Explicó que este tipo de exenciones propicia una amenaza al equilibrio básico de las sociedades democráticas, afecta el crecimiento de las Pymes, aunado a que no siempre la clase media y baja aceptará el pago de más impuestos.
Y aseguró que para quienes consideran la posibilidad de reemplazar la fiscalización por un tipo de filantropía privada… eso no es posible en pleno siglo XXI. “Pienso que no se puede organizar a la sociedad simplemente permitiendo a los ricos decidir qué tanto quieren contribuir libremente”.
Aunado a esto, aseguró que es necesario que cada vez mayores segmentos de la opinión pública sean incorporados a los temas económicos. “Necesitamos demostrar que la globalización, la liberación del comercio, la justicia fiscal y la justicia global pueden encontrar un punto de convergencia”.
No vino a dar lecciones
Piketty también habló sobre el caso mexicano, aunque reconoció no ser experto en la materia.“No estoy aquí para dar lecciones a México sobre lo que debe o no hacer”.
Pero aseguró que todo país debe encontrar su propio camino y aprender de otros. “Lo que estoy tratando de combatir en mi libro es el nacionalismo intelectual, es decir, creer que todos sabemos lo que hay que saber y que no podemos aprender de otros países.
“Sin duda, ése es un sentimiento muy fuerte en Francia y Estados Unidos, pero también en México”, consideró.
Para este último, añadió, hay mucho que ganar en materia de transparencia. “La opacidad en aspectos financieros acerca de los ingresos y de la riqueza no es buena… Pienso que el gobierno mexicano no debe temer a publicar más información acerca de cómo funciona el sistema fiscal y cuál es el número de personas que pagan impuestos por categoría fiscal”.
Todo ello, opinó, beneficiaría el combate a la corrupción. “Aunque es cierto que para hacerlo se requiere un sistema fiscal que enfatice la fiscalización directa de los ingresos y de la propiedad, así como la reducción de impuesto en el consumo diario de las personas”.
“Por desgracia, México es un país en el que el impuesto al consumo es considerable, es decir, se paga una tasa muy alta de impuestos cuando las personas hacen sus compras o pagan su electricidad”, agregó.
Piketty también dijo que la economía no debe ser un tema exclusivo para economistas y consideró que su libro es una puerta que puede contribuir modestamente a la democratización del conocimiento económico.
Más tarde el autor fue cuestionado sobre la necesidad de una nueva revolución para superar el tema de la desigualdad en el mundo, pero aseveró que su libro no trata de ser pesimista sobre el futuro de la humanidad.
“Hay razones para ser optimista… y procuro demostrar que existen fuerzas positivas que puede reducir las desigualdades y que grandes cantidades de la población se beneficiarán del crecimiento y la globalización”, respondió.
A pesar de ello, señaló el autor francés, las élites deben aprender que no es necesario esperar hasta que haya un choque, un cambio revolucionario o una gran guerra para hacer cambios.
“Ojalá en el futuro los cambios se den de una manera pacífica, mediante procesos electorales”, aunque reconoció que a veces las elecciones no son suficientes por lo que seguramente surgirán nuevas formas de movilización social.
Fuentes y Balzac
En la presentación de su libro, Piketty destacó que tanto la literatura de Balzac y de Carlos Fuentes han sido importantes para desarrollar su propio pensamiento. “No tengo ese talento literario que capta la complejidad económica de una época, pero sí puedo usar un lenguaje diferente, el de las ciencias sociales, para comprenderla”.
La globalización, las fuerzas del mercado y la propiedad privada, dijo, son algo en lo que cree, “aunque también se requiere de instituciones democráticas fuertes, instituciones fiscales y una educación fuerte para asegurar que todos los grupos sociales puedan beneficiarse”.