Violencia psicológica contra las mujeres proviene de su pareja en mayoría de casos

La última Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, realizada a mujeres divorciadas, separadas y viudas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2011, arrojó que 81.93 por ciento de las encuestadas manifestaron que sufrieron algún tipo violencia mientras estuvieron unidas.

El censo indica que la violencia psicológica se coloca en el primer sitio con 78.54, las agresiones verbales ocupan 58.24, la económica 45.75, la física con 43.22 y la sexual con 18.99 porciento.


Contrario a estas cifras, los datos en materia de divorcios, también del INEGI para el año 2013, revelaron que tan sólo el 3.51 por ciento de las disoluciones matrimoniales se debieron a una causal asociada a violencia.

A nivel nacional ese año, 108 mil 727 parejas se divorciaron; los datos señalan que las tres principales causas fueron por mutuo consentimiento con 57. 28, voluntario unilateral con 25.92 y por separación por dos años o más independientemente del motivo con 10.42 por ciento.


Estas estadísticas refieren que la mayoría de los divorcios tramitados en México terminan de forma conciliadora entre las partes, ¿será esto un reflejo atípico, en un país donde la violencia ejercida en contra de la mujeres es cada día más alarmante? ¿y que no permea al momento de finiquitar el vinculo marital? 

La disolución del matrimonio

La primera ley en México que regulaba el vínculo civil entre parejas data de 1857 y estipulaba que los enlaces matrimoniales tenían el carácter de perpetuos. El divorcio era un atentado a la moral y su trámite por ende, era muy complejo.

En 1870 el Código Civil, tampoco disolvía el matrimonio; sólo permitía la separación física de las parejas que tenían dos años de convivencia; pero si los esposos ya tenía más de 20 años casados o si la mujer había cumplido 45 años de edad, no procedía.

La Ley de Relaciones Familiares de 1917, trajo el divorcio definitivo y de mutuo consentimiento, además establecía que las personas divorciadas podían contraer nupcias de nuevo.  

El divorcio en México y sus 20 causales vigentes están legisladas en el Código Federal Civil, desde 1928 con diversas reformas, y regula tres tipos de disolución: el divorcio administrativo y el judicial, éste se divide en voluntario y necesario.

Si la pareja tiene un año unida, no ha procreado hijos, son mayores de edad y es de mutuo consentimiento su separación, procede como divorcio administrativo y se realiza en el Registro Civil.

El divorcio judicial corresponde al Juzgado Civil o Mixto, el voluntario es donde de mutuo acuerdo los contrayentes que concibieron hijos, sin importar la edad, acuerdan disolver el vinculo.

El necesario es mediante un juicio donde el demandante presenta causales (dependiendo de cada estado) e inicia el trámite ante la autoridad para determinar quien se quedará con la custodia de los hijos y la pensión alimentaria.

Otra forma de disolver el matrimonio es la nulidad, que opera cuando se hace inválido el enlace y la separación legal, figura que no termina con el vínculo sólo se estipula la separación física de la pareja, entre otras medidas.

Entrada en vigor del “divorcio exprés”

A partir de la derogación de las 21 causales de divorcio del Código Civil del Distrito Federal en el 2008, la disolución de los matrimonios dieron un giro rotundo, pues con la implementación del divorcio unilateral, o sin causa, las personas pueden finalizar su contrato matrimonial sin el consentimiento del otro cónyuge. Esta reforma también se hizo en otros estados de la República.

En tiempo record el vínculo marital termina, por eso se le mal llama “exprés”, los requisitos son mínimos: contar con un año de unión,  presentar una solicitud y una propuesta de convenio de la guardia y custodia de los menores, el régimen de convivencia con el padre sin custodia y la garantía de alimentos, entre otros aspectos.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en febrero pasado, estipulo que era inconstitucional exigir la acreditación de una causal en el divorcio. Los ministros consideraron que en aquellos estados que se exija, se está vulnerando el derecho al libre desarrollo de la personalidad.

Las exposiciones de motivos, previas a la entrada del divorcio unilateral, se centraban en el papel que el Estado debía tener para con la protección de la familia y terminar con la violencia intrafamiliar ejercida en parejas que terminaban en divorcio, aseguraban que antes el proceso de disolución era tortuoso para las partes y se desencadenaba más violencia.

¿Después de ocho años de creada esta figura jurídica habrá disminuido con la violencia en la pareja?

Una mira de los expertos

El doctor Salvador Villanueva Esquivel, docente y litigante con 17 años de experiencia en derecho civil asegura, “el 90% de los casos que yo litigo, en materia civil, son de divorcios”.

 “El divorcio dejo de ser un litigio, ahora con la entrada de los divorcios voluntarios unilaterales o sin causa, las parejas jóvenes en dos o tres meses ya no quieren estar juntos y recurren al incausado".

 “Para nosotros los abogados los divorcios ahora son rapidísimos. Un proceso en el Estado de México, es donde es más ágil, dura el proceso aproximadamente un mes y es muy económico. Además se le llama solicitud, ya ni siquiera se llama demanda”, asegura.

“El juez recibe la solicitud, se cita al otro cónyuge y hay dos audiencias de advenimiento, aunque el otro cónyuge no quiera divorciarse ya no se toma en cuenta su voluntad”.

El académico refiere que los divorcios deben verse como un problema sociológico, que los matrimonios están terminando enfrascados en un clima de violencia y debido a la manera abrupta con la que finalizan unilateralmente desencadena resentimiento entre la pareja. 

“Son las mujeres las que más solicitan el divorcio, un 90 por ciento de los casos que llevo, ellas pagan el trámite y la mayoría se deben a violencia intrafamiliar. Ellas vienen ya decididas, es raro que un hombre diga: quiero divorciarme. Generalmente lo primero que me dicen es ¡ya no aguanto! No trabaja, me pega, me maltrata”.

“Me han tocado asuntos, donde los divorcio, los hombres las siguen buscando las lesionan, la molestan, las violan ya estando divorciados. Hace años en Netzahualcóyotl, en el Estado de México, tuve un caso donde divorcié a una pareja y el señor siguió fastidiando a la señora, ella era de escasos recursos y se iba a trabajar, dejaba a los niños en la casa. Un día él llegó, ahorcó a los menores y después se suicidó.

“Otro, donde el esposo llevaba a las fiestas a su señora y la obligaba a desnudarse frente a sus amigos ya borrachos, para presumirla. Pura perversión y maltrato para ellas. Como ese, muchos más”.

“El divorcio incausado no permite dejar registro estadístico sobre las causas violentas que padece la mujer en el matrimonio, durante el divorcio y posterior al éste. Pocas mujeres denuncian ante el Ministerio Público las vejaciones de las que son objeto, porque a muchas las amenazan”.

“En mayor o menor medida si una mujer es víctima de violencia, aún después de separada lo seguirá padeciendo, los legisladores debería sentarse y hacer su trabajo para fortalecer a la familia, o para proteger más a la mujer, pero en serio protegerla. La célula de la sociedad es la familia y se está desintegrando en perjucio de todos, esa bomba no tarda en estallarnos”. Concluye el doctor Villanueva. 

Resoluciones que se derivan del divorcio

Entre las resoluciones que van de la mano cuando se realiza una solicitud de divorcio, están el pago de pensión, en esta materia los datos revelan que el 49.36 de los beneficiarios de una pensión, son los hijos procreados durante el matrimonio.

Por otra parte, la guardia y custodia de los menores sigue favoreciendo a la madre con 44.42 por ciento de los veredictos.

 

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