Clara Jusidman, ganadora de la medalla Benito Juarez 2015

 
Economista de profesión, Clara Jusidman, ha sido a lo largo de su trayectoria una decidida luchadora por las causas ciudadanas. Su trabajo de investigación y activismo ha tenido una sola divisa: mejorar las condiciones sociales de nuestro país, al que quiere entrañablemente y que tiene frente a sí, nos dice, el gran reto de transformar la procuración de justicia, hacer una nueva constitución y proteger los derechos humanos.
 
En un sistema en el que la producción determina el avance de las naciones, Clara Jusidman comprendió desde los inicios de su carrera profesional, que la economía en su sentido más puro no resolvería sola los problemas de fondo, si no se atendía de manera integral los rubros de desarrollo económico y social del país.
 
Entender la sintomatología del ciudadano ha sido una de sus grandes inquietudes, una pasión que ha demostrado tanto en el servicio público como en el activismo ciudadano desde las organizaciones en que ha participado.
 
Para conocer detalladamente el vínculo entre la economía y la vida cotidiana de las personas,  Jusidman promovió desde la Dirección General de Estadística, tres sistemas de información adicionales a los censos de población, que proporcionaron con mayor frecuencia y precisión datos sobre las estructuras familiares, las dinámicas en los hogares y los aspectos relacionados con el empleo.
 
Sus trabajos como investigadora en el Banco de México y en el Colegio de México despertaron en ella la chispa  que detonó su interés de estudiar el tema del trabajo en México, al cual  no solo considera un factor primordial para el desarrollo humano, sino la plataforma que desemboca en  las formas y estilos de vida para conocer la raíz del subempleo y la explotación laboral.
 
Conocer, en qué se ocupaba la gente, cuánto ganaba y las razones por las que se ocupaba, la llevaron a entender la relación que existe entre la economía y la vida social.
 
Las investigaciones de clara Jusidman han demostrado que el modelo económico que ha prevalecido en México en los últimos 40 años, ha deteriorado la calidad de vida de los mexicanos, dañando incluso su propia dignidad como seres humanos.
 
Al privilegiar factores como la productividad y la competitividad se ha dejado a un lado el factor humano, dice.
 
“El daño que eso ha provocado en este país no se asume por quienes lo han sostenido, que son esencialmente los funcionarios (de la secretaría de hacienda  y del banco de México); eso ha impedido que las familias realmente puedan dedicarse al cuidado de los hijos y al cuidado personal, y los niños y muchos adolescentes en familias de muy escasos recursos, han vivido muy solos y han crecido muy solos.”
 
Los índices de desigualdad y la mala distribución de los ingresos han provocado que México se coloque como el país más desigual de américa latina, donde además prevalece la discriminación, asegura.
 
El tema de los derechos humanos ha sido también de estudio obligado para Jusidman, pues los derechos económicos sociales y culturales están íntimamente relacionados con el estudio de las familias, que a su juicio, son  una asignatura que la sociedad mexicana aún no asume como un tema relevante.
 
“Hacemos política social para individuos, pero no entendemos que el primer espacio donde se socializa a las personas es la familia…”
 
“Es decir, la violencia no surge  espontáneamente, por reproducción espontánea, sino por factores económicos, sociales,  culturales y políticos que van generando espacios propicios para que ésta emerja”.
 
Así lo entiende y por eso su familia ha sido además su razón y su baluarte.  Clara Jusidman contrajo matrimonio con el doctor en cardiología, David  Bialostozky, también con un alto compromiso con la vida pública, con quien tuvo tres hijos: Claudia, Adriana y Héctor.
 
Clara Jusidman Rapoport, nació en la Ciudad de México en 1942. Sus padres, procedentes de ucrania, huyeron del régimen stalinista a finales de los años veinte, y pretendiendo llegar a Estados Unidos, no lograron entrar por estar cerradas sus fronteras, por lo que se establecieron en México.
 
El tesón y la capacidad innovadora de su padre, además de los valores inculcados por su madre, sembraron en ella desde edad temprana una gran preocupación y sensibilidad hacia el dolor humano. La migración experimentada por su familia, marcó además la pauta  para desarrollar materiales que sirvieron de base para hacer estudios  demográficos, sociológicos y políticos.
 
Luego de 20 años de ejercicio profesional en el Gobierno Federal, ocupando diversos cargos (entre los que destaca, la Dirección General del Empleo, del Instituto Nacional del Consumidor,  así como la dirigencia del Centro de Investigaciones para el Desarrollo Rural Integral), decidió dejar la vida pública para incorporarse de tiempo completo al activismo civil y a generar contenidos críticos que aspiran a transformar la realidad nacional.
 
“A mí sí me tocó una época en la que el Gobierno federal se preocupaba por la educación y mejorar servicios de salud, por programas de vivienda social más cercanos a la gente… en esa etapa de la vida yo creía en las instituciones gubernamentales y pensaba que podíamos lograr enfocar el desarrollo hacia la gente y en beneficio de la gente”.
 
“Pero claramente, cuando entra Carlos Salinas al gobierno, después de haber estado en el Instituto Nacional del Consumidor, en la Secretaría de Programación, yo dije: aquí ya no hay posibilidades de hacer nada desde adentro del gobierno, o sea, aquí ya cambiamos, vamos hacia otra cosa”.
 
Así, en 1991 incursionó en el estudio de la democracia y los derechos políticos de los ciudadanos, realizó tareas de observación ciudadana y en 1994 participó como miembro del Comité Técnico para la Auditoria del Padrón Electoral y ocupó el cargo de directora del Registro Federal de Electores.
 
“Pensé que solamente a través de procesos democráticos en donde el voto contara, fuera creíble, o se contara bien,  íbamos a poder avanzar hacia una democracia más participativa… lamentablemente  no ha sido algo en lo que hayamos podido avanzar... y mucho de lo que se construyó por 20 años en instituciones electorales ha tenido un terrible retroceso y una captura, digamos, por los intereses políticos que controlan realmente ahora todos los procesos electorales”.
 
“Intenté trabajar en  CEPAL sobre temas de pobreza y de ahí me invitaron varios amigos intelectuales, entre ellos  Miguel Basañez, (que ahora es el embajador de México en Estados Unidos), me invitaron a participar en el Acuerdo Nacional para la Democracia, que era una instancia de intelectuales, académicos y políticos destacados de varios partidos que estaban luchando a favor del cambio de sistema de instituciones electorales y la reforma electoral”.
 
De 1991 a 1997 Clara Judsman  participó activamente en la lucha por la democracia, en 1994 coordinó además los trabajos técnicos para la participación de México en la Conferencia de la Mujer en Beijing.
 
En 1997 fue nombrada por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Secretaria de Desarrollo Social en el Distrito Federal. 
 
Siempre con una visión muy clara de los retos que enfrenta el país y con una excepcional capacidad de análisis, Clara Jusidman trabajó en el diagnóstico sobre la situación de los derechos humanos en México, para la oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas, encargándose de varios apartados del capítulo de derechos económicos sociales y culturales y del relativo a derechos humanos de las mujeres.
 
Su compromiso ciudadano se puso de manifiesto una vez más al participar en el Movimiento por la Paz, Justicia y Dignidad encabezado por Javier Sicilia, donde promovió la presencia de mujeres, aportó sus conocimientos en el diseño de políticas públicas, para entablar diálogos con los poderes ejecutivo y legislativo, además de enfatizar que el movimiento debía ser un movimiento de víctimas, no de intelectuales.
 
Su análisis sobre la realidad social en Ciudad Juárez, Chihuahua contribuyó a detectar que los feminicidios eran “la punta del iceberg” de un gran problema y que detrás de la “modernidad”, había una violencia estructural provocada por la sobrepoblación y explotación de trabajadoras. Con la violencia contra las mujeres se conjugan terribles circunstancias como el deterioro de la calidad de vida y el abandono del estado en la preservación de la vida y la dignidad humana.
 
En 2008 participa como miembro del consejo consultivo de la UNICEF en México, del Consejo de la Comisión de Derechos Humanos en el Distrito Federal, del Consejo del Informe de Desarrollo Humano en México del PNUD, del Observatorio de Política Social y Derechos Humanos y de Fomento y Nutrición A.C. y del Seminario de la Cuestión Social de la UNAM.
 
Hoy, Clara Jusidman es miembro del Consejo Consultivo Ciudadano de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (CONAVIM) y de la Asamblea Consultiva del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED).
 
Participa como docente y conferencista en varios diplomados en temas de desarrollo y política social, derechos económicos, sociales y culturales, políticas hacia las familias, desigualdad social, sector informal y mercados de trabajo así como desarrollo de la sociedad civil. 
 
Su vida académica y como activista podría llenar muchas páginas. Profesora en la especialización de economía, derechos económicos sociales y culturales, en la unidad de posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM, es también miembro titular del Seminario de Cultura Mexicana, Coordinadora Nacional de Causa Ciudadana, Asociación Política Nacional, representante de la Oficina Internacional del Trabajo en México ante el grupo de especialistas de la Comisión Consultiva para la Modernización del Sistema de los Salarios Mínimos, subsecretaria de fomento y desarrollo pesquero de la Secretaría de Pesca.
 
Es presidenta honoraria de Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social, Incide Social A.C. donde han desarrollado estudios y trabajos sobre 4 ejes:
 
1. Desarrollo social
2. Diálogo
3. Derechos económicos, sociales y culturales
4. Democracia.
 
Incide Social realiza investigaciones buscando incidir en las políticas públicas, evidenciando los pendientes en la agenda del estado mexicano.
 
Clara Jusidman está convencida de que los jóvenes son los promotores del cambio, están creando espacios de interés y tomando las riendas de la agenda pública. Es el poder ciudadano quien va a transformar el sistema de justicia y hacer un cambio en la comunidad y en las instituciones.
 
Para Movimiento Ciudadano es un honor entregarle hoy el Premio Nacional Benito Juárez al Mérito Ciudadano por su compromiso irrestricto con el respeto de la dignidad y las libertades humanas y por luchar todos los días para poner en el centro de las decisiones públicas a los ciudadanos.
 

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