Es importante reconocer que dentro de las asignaturas pendientes no sólo en el tema de la participación política, sino en rubros torales como educación, salud, empleo o vivienda, las juventudes encabezan la lista, y es que desafortunadamente las y los jóvenes son, en muchos casos, sólo adorno del discurso que durante años han utilizado los actores políticos de siempre y que no se ha visto reflejado en la realidad que hoy viven los más de 493,100 jóvenes y adolescentes entre 14 y 29 años que todavía no viven en condiciones óptimas para su desarrollo humano y económico, y que en su mayoría siguen sin tener acceso a lo más esencial.
El trabajo con las juventudes y sus necesidades debe reconocer los contextos en los que se encuentran, al margen de las acciones que sólo pretenden paliar la sub representación de este importante sector que en el estado representa el 30% por ciento de la población, y que por tanto urge inmediatas respuestas a los desafíos que enfrenta.
Durante los últimos años, el reconocimiento de la heterogeneidad de las juventudes ha permitido enfrentar temas importantes como la limitada oferta educativa, o la falta de oportunidades laborales que incluso ha sido tema de discusión a nivel federal en la cámara de diputados durante las últimas tres legislaturas, para insertar a las juventudes a la vida productiva de este país, y contribuir no sólo con su desarrollo personal, sino potenciar la oportunidad que se tiene de hacer de las y los jóvenes el motor de la transformación social que necesita México; una gran parte de la reactivación económica de nuestro estado y de nuestro país puede surgir a partir de las juventudes, pero para eso, es indispensable poner énfasis en generar herramientas para que desde el ámbito que prefieran, se conviertan en emprendedores y con ello, capitalicen sus propios sueños con el apoyo de políticas públicas y programas permanentes. La cultura del emprendedurismo y su práctica son una opción no sólo viable, sino por demás efectiva para que en Morelos se generen empresas de base tecnológica y con ello, se generen también empleos y una mejor calidad de vida para las juventudes.
En Morelos, desde el año 2014 contamos con una ley de jóvenes emprendedores “orientada a impulsar el desarrollo económico del estado mediante el estímulo al espíritu emprendedor e iniciativa productiva de las juventudes, propiciando su incorporación al mercado y economía regional como actores fundamentales que garanticen el desarrollo presente y futuro de la entidad”; sin embargo, hasta el día de hoy, esta ley que busca fortalecer las acciones para que más jóvenes accedan al mundo empresarial no ha funcionado de forma adecuada, rezagando esta posibilidad tangible de fortalecer el desarrollo de las y los jóvenes del estado y garantizar para las y los adolescentes el acceso a la cultura emprendedora como una opción infalible para el reconocimiento de sus talentos.
Urge que se emprendan las medidas necesarias para garantizar que la ley de jóvenes emprendedores marche y se haga efectiva, y con ello, se promueva el avance en este y otros temas, que nos permitan tener una juventud más plena, desenvuelta y atendida desde una visión integral.
