Decenas de mexicalenses acudieron para llevarles comida, agua y ropa, así como productos de higiene personal, a los migrantes africanos que llegaron a esta ciudad, para tratar de pasar a Estados Unidos.
Desde el jueves pasado casi 200 personas provenientes de África, Haití y Centroamérica, se han refugiado en Mexicali esperando recibir asilo humanitario en Estados Unidos.
La primera noche unos durmieron en el parque de Héroes de Chapultepec y en el suelo de la Garita Internacional número 1.
Para el segundo día, divididos en grupos y trasladados a diferentes albergues de ayuda para el migrante en la ciudad.
Familias enteras de cachanillas, niños, jóvenes, asociaciones civiles y ciudadanía en general, se han solidarizado con estas personas.
A partir de que en redes sociales se dio a conocer la situación de los refugiados, fue que se empezaron a organizar para llevarles un poco de ayuda.
Wilson Csseus, joven originario de Haití, dijo sentirse bendecido por todas las atenciones que han recibido en Mexicali.
“Aquí nos han tratado de maravilla, en Tijuana la gente nos volteaba la cara, no nos ayudaban”.
“Para mí es más importante reconocer lo bueno que lo malo, aunque lo malo te fortalece más, pero aquí en Mexicali lo bueno sobresale de lo malo, porque la gente se ha portado muy amable”, expresó.
NO PIERDEN LA FE
Wilson tiene 20 años y desde hace 3 meses emprendió su camino a encontrar una vida mejor para él y su familia.
El transcurso no ha sido fácil, en el trayecto perdió a su hermano mayor cuando cruzaban por Panamá.
Pero eso no lo derrotó, al contrario le dio las fortalezas suficientes para seguir adelante para conseguir su objetivo.
“De tantas cosas que he vivido, podría escribir un libro”, compartió el joven haitiano.
“El recorrido es difícil, te asaltan, te roban, el clima es muy difícil, cuando llovía era lo peor, porque no teníamos dónde dormir ni cómo cubrirnos”.
Explicó que fue coincidencia encontrarse con el resto de las personas en el camino, ya que conforme avanzaban por Centroamérica, los grupos se encontraban.
“Fue una coincidencia encontrarnos todos en el camino, mientras yo pasaba por Nicaragua me encontré con este grupo y seguí avanzando con ellos”, mencionó Wilson.
Dijo que así es como entre todos decidieron permanecer unidos y no perder la fe de que Estados Unidos les otorgará los permisos de asilo humanitario.
Un compañero de él, proveniente del Congo, comentó que la vida en su país es sumamente difícil.
“Yo soy de los jóvenes allá y sufrimos mucho porque no hay trabajo, ni oportunidades para sobrevivir”.
Wilson, concluyó diciendo, que lo único que quieren es trabajar. “Nosotros no queremos ir para allá para hacer pandillerismo, ni drogarnos, solamente queremos trabajar. Nosotros somos muy trabajadores y eso queremos hacer”.