El acuerdo del Poder Ejecutivo Federal que mantiene a soldados mexicanos en las calles, desnaturaliza la identidad histórica de las Fuerzas Armadas, trastoca el orden constitucional mexicano y no cumple con los parámetros estipulados en la Constitución.
Al consolidar la militarización de la seguridad pública, el Presidente faltó a su palabra de regresar las tropas a los cuarteles militares y al espíritu de la reforma constitucional que creó la Guardia Nacional.
La única forma de construir una estrategia nacional de seguridad viable y duradera, es fortaleciendo las policías locales
El Senador Clemente Castañeda Hoeflich, coordinador nacional de Movimiento Ciudadano presentó ayer un amparo contra el acuerdo presidencial que dispone de la Fuerza Armada permanentemente para llevar a cabo tareas de seguridad pública de manera extraordinaria, debido a que viola los parámetros de convencionalidad y la propia la Constitución.
En la discusión en la reforma constitucional que creó la Guardia Nacional, Castañeda Hoeflich defendió la Constitución, e impulsó que la nueva corporación tuviera un mando civil y, de acuerdo con el ejercicio de parlamento abierto que se realizó en el Senado de la República, respaldamos la evidencia de especialistas en materia de seguridad sobre limitar la participación de las Fuerzas Armadas en la estrategia de seguridad nacional.
Sin embargo, el Presidente ha faltado a su palabra, al espíritu de la reforma constitucional y a lo que su propio partido aprobó, al empeñarse en consolidar la militarización de la seguridad pública y mantener algunos de los aspectos más dañinos de las estrategias de gobiernos anteriores, todo esto en contra de lo que había prometido en tres campañas presidenciales.
Frente a este panorama de militarización, el Presidente expresó, “Aunque me critiquen de militarizar, son necesarias las fuerzas armadas”, y en los hechos no ha cesado de expandir sus responsabilidades y su presupuesto.
Ante ello, sostengo que el Acuerdo que el Presidente de la República emitido el 11 de mayo pasado, “por el que se dispone de la Fuerza Armada permanente para llevar a cabo tareas de seguridad pública de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria”, transgrede artículos de la reforma Constitucional y pone en riesgo los derechos a la vida, a la integridad personal y a la libertad de los mexicanos.
“Transgrede el Artículo Quinto Transitorio de la reforma Constitucional en materia de Guardia Nacional, al incumplir con los parámetros fijados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la sentencia del caso Alvarado Espinoza y otros vs. México, poniendo en riesgo, de manera permanente, los derechos a la vida, a la integridad personal y a la libertad personal de las personas que habitan el país”, se lee en el amparo presentado ayer.
“Como lo señalaron diversos ponentes y especialistas en seguridad durante la discusión de la Guardia Nacional, esta reforma no debe desnaturalizar la identidad histórica de las Fuerzas Armadas ni trastocar el orden constitucional mexicano”.
El acuerdo presidencial mantiene una estrategia de seguridad que no ha funcionado desde hace 12 años: hoy, los resultados no son muy distintos y los niveles de violencia e inseguridad se mantienen. Como ciudadano y activo defensor de un país sin guerra, seguiré insistiendo en que la única forma de construir una estrategia de seguridad viable y duradera es fortaleciendo las policías locales en todo el país.
Senador Clemente Castañeda Hoeflich, Coordinador Nacional del Movimiento Ciudadano